Un sorpresivo ataque ha sacudido en las últimas horas la central nuclear iraní de Natanz, dejando daños cuyo alcance aún no ha sido precisado por las autoridades de Teherán. Según informó la organización de energía atómica del país persa, el incidente ocurrido este viernes ha afectado a «varias partes de la instalación», pero las investigaciones preliminares descartan fugas de contaminación radiactiva o química fuera del recinto. Así lo ha informado el régimen al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
En paralelo, Irán ha solicitado una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) para abordar los recientes bombardeos ejecutados por el Ejército de Israel contra varios puntos estratégicos en suelo iraní, incluyendo al menos una de sus instalaciones nucleares. La misión permanente de Irán ante la ONU envió una carta al presidente del Consejo reclamando acciones «decisivas» frente a lo que calificó como «ataques criminales y provocativos» por parte del estado hebreo.
Por su parte, un actor regional de creciente importancia como es Turquía ha condenado enérgicamente el ataque israelí, tildándolo de «acto bárbaro de agresión» que carece de «legitimidad y justificación». Ankara considera que esta acción no solo viola el derecho internacional, sino que también representa una «amenaza para todo el mundo» al desestabilizar aún más la convulsa región de Oriente Medio.
Las tensiones entre Irán e Israel han escalado peligrosamente en los últimos tiempos, con acusaciones cruzadas sobre ataques a instalaciones estratégicas y apoyos a grupos armados rivales en países como Siria, Líbano o Yemen. La pugna se enmarca en la competencia por la hegemonía regional y el programa nuclear iraní, que Tel Aviv considera una amenaza existencial pese a que Teherán insiste en sus fines pacíficos.
El incidente en Natanz se produce en un momento delicado, cuando Irán negocia con potencias internacionales para reactivar el acuerdo sobre su plan atómico alcanzado en 2015 y del que Estados Unidos se retiró unilateralmente en 2018. Un eventual sabotaje israelí buscaría torpedear ese proceso diplomático al elevar la desconfianza mutua. Asimismo, los bombardeos de la madrugada del viernes provocaron la muerte de altos cargos militares y científicos iraníes, en lo que parece ser un golpe selectivo a la capacidad de mando y conocimiento del país. Entre los fallecidos estarían el comandante de la Guardia Revolucionaria, Hosein Salami, y el jefe del Ejército regular, Hosein Baqeri.
Este grave episodio amenaza con desatar una nueva espiral de violencia en una región ya de por sí convulsa. Irán ha advertido que los ataques tendrán consecuencias para la paz y seguridad, mientras busca respaldo diplomático en foros como la ONU. Por otro lado, la condena turca refleja el creciente protagonismo de Ankara en los asuntos de Oriente Medio, máxime tras la caída de Bachar al Assad en Siria, y su cambio de mano en la rivalidad con el eje Israel-países árabes moderados. La comunidad internacional contiene la respiración hasta desentrañar el alcance de esta posible vuelta de tuerca a la escalada bélica en Oriente Medio.
Israel y Estados Unifos = los VERDADEROS terroristas