La Comisión Europea seguirá aplicando los aranceles a la importación de vehículos eléctricos desde China, después de que en la votación que celebraron este viernes los países de la Unión Europea no se haya alcanzado una mayoría cualificada en contra de la propuesta, dijeron a EFE fuentes europeas. Los aranceles, que se están aplicando de forma provisional desde julio, entrarán ahora en vigor de forma definitiva, aunque Bruselas quiere seguir negociando con Pekín para intentar llegar a un acuerdo que permita revertir una medida que divide a los Estados miembros.
En la votación 10 países votaron a favor, 5 en contra y 12 se abstuvieron, confirmaron las fuentes. Ante el riesgo a entrar en una guerra comercial con China, la división entre los Veintisiete ha ido en aumento en los últimos meses, que se ha evidenciado con una fractura del eje franco-alemán, ya que París votó hoy a favor y Berlín, en contra. Alemania, de hecho, ha endurecido su postura, ya que en una primera votación no vinculante a mediados de julio, decidió abstenerse.
España, por su parte, pidió a la Comisión Europa seguir negociando con China «hasta el último momento» en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), según la carta que el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, envío al vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis.
Al respecto el Ministerio de Comercio de China avisó de que la decisión de la Comisión Europea de continuar aplicando los aranceles a los vehículos eléctricos chinos «perjudicará a la cooperación comercial» entre Pekín y los Veintisiete. La cartera indicó en un comunicado publicado en su página web que la postura china respecto a esta disputa ha sido «clara y consistente desde el inicio», oponiéndose a «prácticas proteccionistas injustas» por parte del bloque comunitario.
El Ministerio, sin embargo, aseguró «haber tomado nota» de la «voluntad expresada por la parte europea de seguir tratando de resolver la cuestión mediante negociaciones», al tiempo que transmitía su esperanza de que Bruselas se dé cuenta de que «la imposición de aranceles no resolverá ningún problema». Las medidas anunciadas por Bruselas «debilitarán la confianza de las empresas chinas para seguir invirtiendo y cooperando con la UE», afectando «tanto a la industria europea como a la cadena global de suministro de vehículos eléctricos», señaló el Ministerio.
La cartera criticó el «frenazo» de la UE a los «avances en la transformación verde» y «a los esfuerzos globales frente al calentamiento global»: «El sector automotriz chino ha ayudado a incrementar el suministro global de productos verdes de alta calidad» y «ha hecho importantes contribuciones para reducir las emisiones de carbono», indicó el comunicado. Además, señala la «competencia abierta y la innovación» como la base del éxito de los vehículos chinos y «no las subvenciones». El organismo comunicó su compromiso de «defender los intereses de las empresas chinas afectadas por la medida». El Ministerio de Comercio del gigante asiático avanzó que el 7 de octubre «los equipos técnicos chino y europeo continuarán sus negociaciones» en torno a la disputa e instó al bloque a «volver al camino correcto de resolver las fricciones comerciales a través de consultas».
La Comisión Europea seguirá aplicando los aranceles, ya existentes desde el pasado julio de forma provisional, después de que en la votación que celebraron este viernes los países de la UE no se haya alcanzado una mayoría cualificada en contra de la propuesta. «La propuesta de la Comisión Europea para imponer derechos compensatorios definitivos a la importación de vehículos eléctricos desde China ha obtenido hoy el apoyo necesario de los Estados miembros», dijo la Comisión Europea en un comunicado. En julio, Bruselas optó por imponer aranceles de hasta el 36,3 % sobre SAIC, el 19,3 % a Geely y el 17 % a BYD, argumentando que estas compañías chinas se benefician de subsidios que perjudican a los fabricantes de la Unión Europea.
Estos aranceles también alcanzan a las importaciones de fabricantes occidentales que operan en China, como Tesla, Dacia y BMW, los cuales serán gravados con un 21 %. Como reacción a esta medida, el Ministerio de Comercio de China anunció en junio una investigación 'antidumping' sobre la carne de cerdo y productos derivados de la UE, tanto refrigerados como congelados, lo que incluye grasas y vísceras. Esta medida podría afectar a España, principal exportador de carne porcina a China, tanto en el contexto europeo como mundial.
De acuerdo con las estadísticas de las aduanas chinas, en 2023, las importaciones chinas de productos porcinos españoles alcanzaron un valor de 1.537 millones de dólares. Los resultados preliminares de dicha investigación se esperan para el próximo año, aunque, bajo ciertas condiciones, el proceso podría extenderse por seis meses más. Además, en agosto, China lanzó una investigación sobre las subvenciones a ciertos productos lácteos procedentes de la UE, afectando especialmente a países como Irlanda, Austria, Bélgica, Italia, Croacia, Finlandia, Rumanía y la República Checa.