Un convoy del grupo de familiares de los rehenes israelíes en la Franja de Gaza llegó este jueves a la frontera del enclave para pedir la liberación de sus seres queridos y asegurarles, a través de altavoces, que hacen todo lo posible por traerlos de vuelta a casa. «Hersh, trabajamos día y noche, y nunca pararemos», dijo Rachel Goldberg-Polin, la madre del rehén israelí-estadounidense Hersh Goldberg-Polin, que en abril apareció en un vídeo propagandístico de Hamás con parte del brazo izquierdo amputado, pero en aparente buen estado de salud.
Otros familiares insistieron a sus seres queridos en que continuarán «luchando contra el Gobierno» y removiendo cielo y tierra hasta lograr un acuerdo de tregua en Gaza para liberarlos. Varios miembros del grupo, que salió de Tel Aviv y este jueves llegó al kibutz (comunidad agraria) Nirim, cercano a la frontera con Gaza y una de las comunidades atacadas por los milicianos palestinos el 7 de octubre, atravesaron brevemente la valla fronteriza para tratar de acercarse lo más posible a los secuestrados, pero dieron la vuelta ante la insistencia de las fuerzas de seguridad.
La protesta llega en un momento complicado de las negociaciones para un alto el fuego en el enclave que permita liberar a los 103 rehenes que aún permanecen cautivos en la Franja, de los cuales al menos 33 han sido confirmados muertos por las autoridades israelíes. El domingo, la delegación israelí abandonó El Cairo tras una nueva jornada de negociaciones indirectas que no ha aportado resultados ni avances para alcanzar una tregua. Una fuente egipcia indicó a EFE que tan solo se puede alcanzar un acuerdo si Israel abandona su insistencia en mantener a sus tropas en el corredor de Filadelfia, una de las principales demandas de El Cairo, ya que el eje separa la Franja de la península egipcia del Sinaí.
Sin pausas para vacunar contra la polio Mientras, la oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, negó anoche una información emitida en la televisión israelí según la cual el país habría accedido a pausar los combates en el enclave para llevar a cabo una campaña de vacunación contra la polio, tras detectarse el primer caso de la enfermedad en más de 20 años, en un bebé de diez meses que no había sido vacunado.
En un comunicado, la oficina dijo que Israel no ha accedido a «pausas en los combates» para administrar las vacunas, sino la «asignación de algunos lugares en la Franja», presumiblemente para llevar a cabo las vacunaciones.
Más de 40.600 personas han muerto en el devastado enclave palestino desde que comenzó la guerra, hace más de diez meses, según las autoridades locales, mientras la mayoría de gazatíes se hacina en una «zona humanitaria» a lo largo de la costa cada vez más reducida, sin apenas acceso al agua corriente o electricidad, y bajo la presión constante de los bombardeos israelíes. La guerra comenzó tras un ataque de Hamás y otras milicias palestinas contra Israel, que incluyó el lanzamiento de miles de cohetes y la incursión de un millar de milicianos que asesinaron a casi 1.200 personas y secuestraron a otras 251.