El Ejército israelí atacó ayer un centro de producción de armas de Hamás y de la Yihad Islámica que estaba ubicado en la designada como «zona humanitaria» de Deir al Balah, en el centro de la Franja de Gaza, confirmaron hoy las fuerzas israelíes.
En un comunicado, el Ejército dijo haber tomado «numerosas medidas» para limitar el daño a civiles, como el uso de municiones precisas.
Israel acusó además a Hamás de disparar cohetes desde zonas ubicadas junto a dos almacenes de ayuda humanitaria en el sur de Gaza gestionados por organismos internacionales, incluida la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), en el punto de mira de las autoridades israelíes y blanco frecuente de sus críticas.
La fuerza aérea israelí bombardeó las zonas de lanzamiento, y detectó después explosiones secundarias, lo que según el Ejército indicaba la presencia de más armas en los alrededores.
«El grupo terrorista Hamás continúa abusando sistemáticamente de la infraestructura civil y humanitaria para llevar a cabo ataques terroristas contra civiles israelíes», repitió el Ejército en un comunicado sobre el incidente.
Las fuerzas israelíes mantuvieron en las últimas horas su ofensiva en la localidad de Rafah, en el sur del enclave palestino, y en el centro de la Franja, donde eliminaron a varios presuntos milicianos en combates a corta distancia y desmantelaron infraestructuras de los grupos palestinos.
El Ejército israelí, además, ordenó anoche evacuar los barrios de Masheya y Sheikh Zayed de la localidad de Beit Hanoun, en el norte de la Franja, y animó a los residentes a desplazarse al sur, hacia Ciudad de Gaza, donde hoy han muerto tres personas en el bombardeo de una residencia familiar.
En las últimas semanas, las fuerzas israelíes han ordenado evacuar partes del sur, centro y norte de la Franja, reduciendo todavía más la superficie «segura» del enclave y obligando a miles de personas a abandonar sus hogares y refugios.
Se estima que nueve de cada diez personas en el devastado territorio palestino se han visto obligadas a abandonar sus hogares o refugios, algunos varias veces seguidas, desde el comienzo de la guerra.
Al menos 39.677 personas han muerto y 91.645 han resultado heridas desde el comienzo de la guerra en el enclave, hace ya diez meses, según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás.