Estados Unidos sigue este viernes contemporizando con Israel y su pretensión de tomar Rafah a sangre y fuego. El secretario de Estado, Antony Blinken, ha asegurado que su administración «no puede apoyar una gran operación militar» israelí en Rafah, la ciudad más al sur del enclave a donde huyeron cientos de miles de refugiados de otras zonas de la Franja de Gaza en las últimas semanas y meses, empujados por las bombas y las operaciones militares israelíes que buscan cercenar la capacidad operativa de los milicianos de Hamás.
En el marco del encuentro de los ministros de Exteriores del G7, Blinken ha asegurado en rueda de prensa que «creemos que los objetivos de Israel se pueden lograr sin la ofensiva de Rafah», y asimismo ha afirmado que continúan las conversaciones al más alto nivel con su principal aliado en Oriente Medio.
El secretario de Estado estadounidense ha señalado también que su país está comprometido con la seguridad de Israel y, cuando se le preguntó sobre los ataques a Irán registrados al principio de esta misma jornada, Blinken subrayó que Estados Unidos no ha estado involucrado en ninguna operación ofensiva. Asimismo, el titular de Exteriores norteamericano ha instado a la rápida implementación de los compromisos de ayuda humanitaria por parte de las autoridades de Israel, y ha considerado que si bien se han tomado algunos pasos importantes, se necesitan resultados más sostenidos en el tiempo para paliar la preocupante situación de la población civil palestina.
En términos más amplios, la cumbre de los ministros de Exteriores del G7 en la isla italiana de Capri concluyó con un llamamiento tajante a la distensión entre Irán e Israel, pero sin la imposición de nuevas sanciones al régimen de los ayatolás, solo con su amenaza en caso de no contribuir a la estabilización regional. «Hemos condenado el reciente ataque de Irán contra Israel. El G7 respalda la seguridad de Israel, pero invitamos a todas las partes a evitar una escalada», resumió en la rueda de prensa final el ministro anfitrión, Antonio Tajani. El cónclave diplomático ha tenido lugar en la idílica Capri mientras las tensiones seguían sacudiendo el planeta. «Es un lugar muy bonito, pero el mundo no es así», resumió el Alto Representante de Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell.