Israel da por muertos a veinte de los secuestrados que aún siguen en Gaza desde el ataque de Hamás en octubre, mientras prosigue su ofensiva militar en la Franja palestina para intentar liberar a los que quedan vivos después de haber rescatado tres cuerpos en los últimos días. El desarrollo de la ofensiva contra el grupo islamista Hamás centra precisamente la visita a Israel del asesor de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, quien este viernes se reunió con el presidente israelí, Isaac Herzog, y el palestino, Mahmud Abás. Mientras en el enclave palestino sigue aumentando a diario el número de víctimas, la mayoría civiles, con unos 18.800 muertos y más de 51.000 heridos, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás.
Una veintena de rehenes muertos
El grupo islamista Hamás «tiene actualmente los cuerpos de veinte rehenes (...), sabemos que han sido asesinados en cautividad», lamentó el portavoz del Gobierno de Israel, Eylon Levy. Israel no se pronuncia sobre posibles negociaciones para liberar secuestrados, mientras repite que no parará hasta traerlos a casa, entre críticas de los familiares hacia un Gobierno que consideran que puede hacer más. El Ejecutivo de Benjamín Netanyahu, a su vez, acusa de que parecen haberse olvidado de ellos organismos internacionales y a organizaciones humanitarias como Cruz Roja, cuya presidenta, Mirjana Spoljaric, se encuentra en Israel tras haber estado en Gaza.
La confirmación por Israel de que entre los 132 secuestrados que siguen en manos de Hamás y otras milicias palestinas en Gaza veinte están muertos llega después de que este viernes comunicara haber recuperado los cuerpos de otros tres, dos militares y un civil con doble nacionalidad israelí y francesa, durante su ofensiva. Hasta ahora fueron liberados 110 secuestrados, 86 israelíes, 24 de otras nacionalidades, además de los cuerpos de ocho fallecidos.
Otra jornada sangrienta
En las últimas horas, al menos 63 personas murieron en bombardeos en Beit Lahia, Yabalia, Jan Yunis o Rafah; mientras prosiguen duros combates contra Hamás en Shujaiya, a las afueras de la ciudad de Gaza, donde las tropas israelíes buscan a rehenes. El Ejército aseguró haber destruido allí un puesto de mando de Hamás, «el centro de control del Batallón Shujaiya» del grupo islamista, en una operación con aviación, tanques y tropas terrestres. Cerca de 1,9 millones de gazatíes se han visto desplazados dentro de la Franja, alrededor del 80 por ciento de la población de Gaza, con una grave crisis humanitaria. Muchos de ellos huyeron a Rafah, lo más al sur del enclave costero, en la frontera con Egipto, donde Israel ataca posiciones de Hamás para, según su Ejército, impedir que reciba de armas y se apropie de la ayuda humanitaria. El Gobierno israelí acordó este viernes autorizar la entrada de ayuda humanitaria a Gaza por primera vez el puesto de Kerem Shalom, entre Israel y la Franja, para descongestionar el único autorizado hasta ahora en Rafah, que conectaba el enclave con Egipto.
Visita estadounidense
El consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan -que llegó este jueves a Israel y se reunió con el primer ministro Benjamín Netanyahu- se entrevistó este viernes con el presidente israelí Isaac Herzog y, en Ramala, con el presidente palestino Mahmud Abás. Sullivan expresó la voluntad de Estados Unidos de que la ANP sea «remodelada y revitalizada». «Necesita actualizarse», dijo, al manifestar el apoyo estadounidense a una autoridad palestina remodelada, que permita avanzar para que «israelíes y palestinos vivan unos junto a otros en paz y seguridad».
Por su parte, Abás pidió a EEUU que intervenga para que «Israel ponga fin a su agresión, no solo sobre Gaza, sino también en Cisjordania y Jerusalén Este», y abra todos los cruces a la entrada de ayuda humanitaria, comida, medicinas y combustible a la Franja. «Enfatizó que las soluciones militares y de seguridad han demostrado ser fútiles y no conllevan seguridad ni estabilidad a la región», trasladó Abás a Sullivan según la agencia oficial palestina Wafa. Sobre la ofensiva, Sullivan prefirió ser escueto sobre las conversaciones entre Estados Unidos e Israel acerca de cómo debe desarrollarse, para no dar pistas a Hamás. Sullivan se limitó a reiterar que Estados Unidos aboga porque la fase actual de «alta intensidad» dé paso a otra con ataques precisos sobre los líderes de Hamás, pero «no podemos telegrafiar al enemigo cuál es el plan».
Su viaje se produce después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmara esta semana que Israel está perdiendo apoyos por sus bombardeos en la Franja con miles de víctimas civiles; y el propio Netanyahu admitiera desacuerdos con EEUU, su principal aliado, sobre el curso de la guerra y el futuro de Gaza, aunque insistió en que la contienda no terminará «hasta el fin de Hamás» a pesar de la presión internacional para un alto el fuego. Israel rechaza además la propuesta de Estados Unidos para que la ANP, que gobierna partes reducidas de Cisjordania ocupada, tome tras la guerra el control de Gaza, ahora en manos de Hamás.