Estados Unidos condenó este viernes el ataque contra su embajada en Bagdad, donde un grupo no identificado lanzó una andanada de cohetes que impactaron cerca del edificio sin causar víctimas ni daños materiales, y avisó de su derecho a la autodefensa.
«El Gobierno iraquí se ha comprometido repetidamente a proteger las misiones diplomáticas, así como al personal militar estadounidense, que están presentes en el país por invitación de Irak. Esto no es negociable, como tampoco lo es nuestro derecho a la legítima defensa», dijo en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
Fuentes de seguridad informaron a EFE que al menos cinco cohetes impactaron en las inmediaciones de la legación estadounidense, ubicada en la fortificada Zona Verde, en medio de un repunte de ataques contra objetivos norteamericanos en Irak coincidiendo con la guerra en Gaza.
Hasta el momento ningún grupo ha reivindicado el ataque, si bien la amalgama de milicias proiraníes Resistencia Islámica en Irak se ha atribuido unas ochenta acciones contra instalaciones con presencia estadounidense en Irak y en Siria desde que estalló el conflicto en Gaza el 7 de octubre.
Se trata del primer ataque contra objetivos estadounidenses en Bagdad tras el inicio de las hostilidades entre Israel y el grupo islamista palestino Hamás, que han provocado la respuesta de milicias iraquíes respaldadas por Irán contra Washington por su «apoyo inquebrantable» al Estado judío en la guerra en Gaza.
«Las numerosas milicias alineadas con Irán que operan libremente en Irak amenazan la seguridad y la estabilidad de Irak, de nuestro personal y de nuestros socios en la región», añadió Miller en su nota. Según el portavoz, el primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani, «calificó con razón estos ataques como actos de 'terrorismo'».
«Instamos a las fuerzas de seguridad iraquíes a investigar y arrestar de inmediato a los autores de estos ataques y llevarlos ante la Justicia», concluyó Miller en su condena al ataque sufrido.