El rey Carlos III del Reino Unido ha afirmado este viernes que reza «con todo su corazón» para que la COP28 sea «otro punto de inflexión» hacia «una transformación genuina» en la lucha contra la crisis climática, al inaugurar la segunda jornada de la cumbre en Dubái. El soberano, que asistió a la COP21 donde se selló el histórico Acuerdo de París en 2015, ha recordado que durante muchos años ha tratado de «alertar sobre la amenaza existencial» del calentamiento del planeta.
En su discurso, ha avisado de que, aunque se han logrado avances, «aún se está muy lejos» del objetivo para salvar el planeta. «Se requiere verdadera acción» a fin de proteger a las víctimas más vulnerables, ha declarado ante una audiencia de líderes mundiales y negociadores. «El cambio se logrará trabajando juntos y haciendo que sea más fácil adoptar decisiones que sostengan nuestro mundo, en lugar de continuar como si no hubiera límites o como si nuestras acciones no tuvieran consecuencias», ha manifestado.
Carlos III ha apremiado a los asistentes a la cumbre del clima de la ONU a afrontar «con ambición e imaginación» el reto de consensuar las medidas necesarias y a «aprovechar la oportunidad de mantener viva nuestra esperanza común». El rey ha planteado cinco cuestiones que, a su juicio, pueden guiar los objetivos de la cumbre. Primero, cómo pueden fortalecerse las organizaciones públicas, privadas, filantrópicas y benéficas para hacer frente a la crisis climática.
En segundo lugar, ha destacado la importancia de garantizar los «flujos financieros» para las iniciativas más esenciales, y ha propuesto también como tercer punto acelerar la implementación de las alternativas verdes, como la energía renovable, en todos los sectores.
En cuarto lugar, el monarca ha planteado cómo se pueden aunar las diferentes soluciones para «garantizar enfoques coherentes a largo plazo en todas las industrias y países», y por último ha pedido «una nueva visión ambiciosa» para los próximos cien años. «La Tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a la Tierra», ha concluido el jefe del Estado británico, quien ha subrayado que «la visión del mundo de las comunidades indígenas nos enseña que todos estamos conectados».