Con la guerra tras la invasión rusa de Ucrania desplazada momentáneamente del foco mediático internacional, por las hostilidades entre Israel y las milicias palestinas en Oriente Medio, está pasando algo desapercibida la sangrienta batalla por Avdiivka, una ciudad en el óblast de Donetsk cuya población estimada, a principios de 2021, era de 31.940 habitantes. Actualmente la realidad es muy diferente y algunos ya asimilan la brutalidad a las contempladas en el pasado en puntos como Bajmut o Mariúpol.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha trasladado las últimas novedades de frentes como Avdiivka o Kúpiansk y, en donde a pesar de registrarse «batallas duras y reñidas», los soldados ucranianos «mantienen sus posiciones». Asimismo, ha alertado de que los rusos intentan destruir «indiscriminadamente» todo lo que encuentran a su paso. No obstante, ha destacado que las autoridades ucranianas y los servicios de emergencia han estado trabajando para minimizar las consecuencias de los bombardeos.
Funcionarios de defensa señalan que las fuerzas rusas están ignorando las grandes pérdidas y continúan con su campaña para capturar la ciudad en el este de Ucrania. Precisamente, Rusia se ha centrado en las regiones de Donetsk y Lugansk desde su fracasado ataque inicial a la capital, Kiev. Durante las últimas dos semanas, Rusia se ha concentrado en Avdiivka en Donetsk, una ciudad conocida en tiempos de paz por su gran planta de coque y ahora vista como un baluarte de la resistencia ucraniana. «El enemigo está tratando de avanzar y lo rechazamos», declaró a la televisión nacional Oleksandr Shtupun, portavoz de los grupos de fuerzas del sur de Ucrania.
«De ninguna manera se puede hablar de una situación fija de ningún tipo. Los intensos combates continúan, aunque la actividad ha disminuido un poco. El enemigo está realizando una especie de reagrupamiento». Las fuerzas rusas dependían de la infantería, utilizando pequeños grupos de asalto de 30 a 40 hombres, dijo Shtupun, calculando las pérdidas de Rusia en los últimos seis días en 2.500 muertos y heridos en el área.
«Esto es bastante significativo incluso para Rusia, teniendo en cuenta que no se preocupan por sus propios hombres», dijo Shtupun. Vitaliy Barabash, jefe de la administración militar de Avdiivka, dijo que Rusia estaba ejerciendo presión desde el norte pero no pudo pasar una línea ferroviaria bajo control ucraniano. También desestimó los informes de que las tropas rusas se habían asegurado el control de uno de los grandes basureros que dominan el paisaje industrial de la ciudad. «Colocaron banderas allí e intentaron montar algún tipo de espectáculo», según Barabash. Como respuesta, en las redes sociales existen vídeos que muestran cómo un dron ucraniano voló la cima con las enseñas.
Valeriy Prozapas, un capitán ucraniano, dijo a un medio internacional que los rusos tratan de explotar el hecho de que la ciudad de Avdiivka está «medio rodeada de facto». «La segunda cuestión es política. Tienen poco de qué enorgullecerse y tienen que vender a su población algún tipo de victoria, aunque sea sólo provisional», dijo Prozapas. La contraofensiva de Ucrania, lanzada en junio, ha resultado en la captura de aldeas devastadas en el este y algunos asentamientos en el sector sur, pero el ritmo es mucho más lento que el avance del año pasado por el noreste.
Los relatos rusos sobre los últimos combates no mencionan la situación de Avdiivka, pero sí recogen que las tropas rusas habían repelido 15 ataques ucranianos cerca de Kupiansk, más al norte. Los funcionarios ucranianos también reconocieron intensos combates en este enclave, una ciudad inicialmente tomada por las tropas del Kremlin pero recuperada por Ucrania en el rápido avance del año pasado por el noreste. Mientras tanto, las autoridades de la región de Járkov evacúan obligatoriamente a diez localidades de la zona.