Israel endureció este miércoles su postura hacia las crecientes críticas internacionales por los incesantes bombardeos sobre la Franja de Gaza y arremetió contra el secretario general de la ONU, António Guterres, anunciando incluso que dejará de emitir visados a personal de Naciones Unidas.
La decimonovena jornada de hostilidades entre Israel y milicias palestinas de Gaza, lideradas por el grupo islamista Hamás, estuvo marcada hoy por la alta tensión entre el Gobierno israelí y distintos líderes internacionales que se siguen pronunciando sobre la guerra.
El principal foco del enojo israelí fue Guterres, cuyas declaraciones este martes durante una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU acerca del ataque de Hamás del 7 de octubre, que consideró que «no surge de la nada», sino de «56 años de ocupación», llevaron al ministro de Exteriores de Israel a pedir su dimisión.
Este miércoles, el embajador israelí ante la ONU, Guilad Erdán, fue aún más lejos cuando anunció durante una entrevista con la radio del Ejército que Israel rechazará visados a los representantes de Naciones Unidas, algo que precisó ya han comenzado a implementar, concretamente negando el visado al subsecretario general de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths.
«Es hora de darles una lección»
Por su parte, el Ministerio de Exteriores israelí publicó este miércoles un mensaje a través de la red social X en el que denunció que las declaraciones de Guterres «reflejan una actitud parcial y distorsionada hacia Israel por parte de las Naciones Unidas y especialmente por parte del propio secretario general».
Además, le acusó de justificar y legitimar la masacre de Hamás e instó a «retractarse de sus palabras, a realizar un profundo examen de conciencia personal y a disculparse por su declaración, que angustió a millones de israelíes que todavía están experimentando las consecuencias del ataque terrorista asesino del 7 de octubre».
Ante esto, Guterres dijo este miércoles sentirse «asombrado por la tergiversación» de sus palabras, de las que no se retractó, aunque condenó «inequívocamente los actos de terror de Hamás en Israel» y aclaró que «nada puede justificar el asesinato deliberado, el secuestro de civiles ni el lanzamiento de cohetes contra objetivos civiles».