«De repente escuchamos unas detonaciones, a unas tres calles de donde estábamos nosotros. Pensamos que eran cohetes, pero después vimos gente correr y nos dijeron que había sido un ataque terrorista». El mallorquín Mateu Carbonell fue testigo, el lunes por la tarde, del atentado que acabó con la vida de dos ciudadanos suecos en Bruselas.
En declaraciones a Ultima Hora Carbonell, que trabaja como director de hotel en la capital belga, explicó que poco antes de las siete de la tarde «estábamos dando una vuelta por el centro, como solemos hacer, y escuchamos los disparos». Las calles estaban concurridas, ya que la selección sueca jugaba contra la de Bélgica para la clasificación de la Europa 2024 (partido que finalmente fue suspendido por el ataque yihadista), y Mateu se dirigió apresuradamente su hotel «porque en los primeros momentos no estaba muy claro qué estaba pasando».
Más tarde supo «que se había tratado de un terrorista que llegó con una moto y empezó a disparar su fusil automático contra las personas con las que se encontraba». Dos ciudadanos suecos fallecieron abatidos por los tiros y una tercera persona resultó herida. «Nos recomendaron que no saliéramos de casa, porque el terrorista había conseguido escapar y andaba suelto. Fueron momentos de mucha tensión, el dispositivo policial era impresionante y había gente corriendo de un lado para otro», añadió.
El vecino de Palma, de 53 años, explicó que la tensión es palpable en la capital belga, donde trabaja: «Dicen que puede haber más atentados, aquí y en otros lugares de Europa, por el asunto de la guerra entre Israel y Hamás. Aquí estamos en alerta», concluyó.
El terrorista que perpetró el atentado en el centro de Bruselas consiguió escapar, pero la Policía montó un gran dispositivo de búsqueda y tras ser localizado fue abatido a tiros. Ha sido identificado como Abdesalem L., un tunecino de 45 años que se encontraba en situación irregular en el país, después de que le negaran el asilo. En principio actuó solo.