El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha anunciado este miércoles contribuciones por más de 250 millones a distintos fondos para ayudar a hacer frente al cambio climático durante la cumbre de acción climática celebrada en los márgenes de la Asamblea General de la ONU. En su intervención, Sánchez ha defendido la importancia de la financiación y ha anunciado que «España hará una contribución de 225 millones de euros para la segunda reposición del Fondo Verde para el Clima, 20 millones para el fondo de adaptación y más de 17 millones en instrumentos que facilitan la justicia climática especialmente los fondos para los más vulnerables y para la agenda de pérdidas y daños». Frente al cambio climático, ha sostenido el presidente, hace falta «determinación, liderazgo y acción y tenemos que incrementar nuestro nivel de ambición».
«Lo que hagamos en esta década evidentemente va a ser decisivo y debemos actuar de manera simultánea y en todos los frentes» empezando por «compromisos nacionales más ambiciosos» de aquí a 2030, ha subrayado. En este sentido, ha expresado el apoyo de España al compromiso anunciado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, de «triplicar la capacidad instalada de energías renovables y duplicar los esfuerzos en materia de eficiencia energética para el año 2030». Asimismo, ha puesto en valor las medidas adoptadas por el Gobierno en línea con la agenda climática. «Hemos aumentado nuestro compromiso de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero hasta un 56%, nuestro objetivo de energías renovables hasta un 48%, la mejora de la eficiencia energética hasta el 40% y el objetivo de energía renovable en la generación eléctrica hasta un 81%», ha enumerado.
También ha resaltado que España ha puesto en marcha la «transición energética en tiempo récord» y hasta la fecha se ha eliminado ya el 80% de la dependencia del carbón, con el objetivo de que la última central térmica de carbón cierre en 2025. El presidente ha incidido una vez más en la necesidad de «una nueva arquitectura financiera internacional que facilite el acceso a los fondos, elimine trabas, identifique nuevas fuentes de financiación» así como trabajar en «una nueva fiscalidad internacional que permita movilizar los recursos necesarios para avanzar en la agenda de la transición»