Los precios regulados de la electricidad para los clientes particulares y las pequeñas empresas subirán en Francia un 10 % a partir del 1 de agosto, después del 15 % que se aplicó en febrero. Fuentes del Gobierno subrayaron este martes que ese incremento es muy inferior al 74,5 % que había recomendado la Comisión de Regulación de la Energía (CRE) para repercutir el alza de los costos.
Eso significa que para los clientes particulares y las pymes va a continuar en vigor el llamado «escudo de tarifas» que se puso en marcha en 2022 para amortiguar la escalada de precios del gas y de la electricidad como consecuencia de la crisis entre Rusia y Ucrania.
Las fuentes destacaron que ese escudo ha supuesto que las cuentas públicas han asumido más de 40.000 millones de euros, equivalentes a alrededor del 37 % de la factura del consumidor. Para un consumidor «medio» que tiene calefacción eléctrica y una factura de 7 megavatios, su factura anual pasará a unos 1.800 euros.
El Ejecutivo hizo hincapié en que «sigue protegiendo a los franceses» que «se seguirán beneficiando de una de las tarifas más bajas de Europa».
Para ilustrarlo, se refirió a un gráfico publicado por la Comisión de Regulación de la Electricidad y del Gas de Bélgica (CREG) que muestra que Francia has sido desde el comienzo de la crisis el país con los precios regulados más bajos de los cinco que se comparan (Bélgica, Alemania, Francia, Países Bajos y Reino Unido), es decir que no figuran en la lista ni España ni Portugal. Los precios regulados de la electricidad en Francia se revisan dos veces al año, en febrero y en agosto. La CRE hace una propuesta de evolución, pero es el Gobierno el que decide.