El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Brasil ha votado a favor de inhabilitar políticamente durante ocho años al expresidente Jair Bolsonaro por abuso de poder y uso fraudulento de recursos públicos cuando en julio de 2022 reunió en el Palacio del Planalto a decenas de embajadores extranjeros para persuadirles, sin pruebas, de las deficiencias del sistema electoral brasileño y las urnas electrónicas. Con el voto favorable de la vicepresidenta del TSE, Cármen Lúcia Antunes, se ha certificado el futuro político de Bolsonaro, quien en la víspera había visto como hasta otros dos jueces apoyaban la inhabilitación expuesta por el juez instructor del caso, Benedito Gonçalves.
«Con todos los respetos al eminente juez Raul Araújo, anuncio a vuestra excelencia y a los señores jueces que acompaño al juez instructor en la condena de inhabilitación del primer investigado, Jair Messias Bolsonaro», ha manifestado Antunes, cuyo voto es el cuarto favorable a esta sanción. Antunes hace referencia a Araújo, el único de los jueces del TSE hasta ahora que ha votado en contra de sancionar al expresidente bajo el argumento de que a pesar de que difundió información falsa sobre el sistema electoral en aquella reunión con embajadores, consideró que no cumplía con «el requisito de gravedad suficiente».
Durante la explicación de su voto, la magistrada ha señalado que Bolsonaro faltó al respeto a los poderes Ejecutivo y Judicial con aquella reunión, en la que con clara «consciencia de pervertir», el expresidente «puso en riesgo el proceso electoral y la misma democracia». Asimismo, Antunes considera «probado» que Bolsonaro utilizó aquel encuentro no solo para atacar hechos que ya habían sido refutados por el TSE, sino también para poner en duda la legalidad de la candidatura del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y autopromocionarse electoralmente.
Los siguientes en votar son presidente del Tribunal, Alexandre de Moraes, y de Kassio Nunes Marques. Si bien su voto será meramente simbólico, se espera que el primero vote también a favor de la inhabilitación. Además de este caso, a todas luces el más grave, Bolsonaro tiene pendientes otros quince procesos en el TSE. Con esta inhabilitación, no podrá presentar candidatura política alguna hasta 2030.