Los diputados franceses votaron en la noche del miércoles al jueves una proposición de ley del partido del presidente, Emmanuel Macron, que prevé limitar por segundo año consecutivo la subida de los alquileres al 3,5 % para contener los efectos de la inflación.
El texto, que se está tramitando en el Parlamento por un procedimiento acelerado, servirá para prolongar los efectos de la llamada ley del «poder adquisitivo» de agosto de 2022, cuya validez expira el próximo 1 de julio. Dos artículos de ese dispositivo ponen un techo del 3,5 % a los incrementos anuales de alquileres para viviendas. Ese tope es del 2,5 % en los departamentos y regiones de ultramar y puede modularse con un 1,5 % suplementario en Córcega.
El diputado Thomas Cazenave, ponente de la proposición de ley debatida ahora, que fue aprobada con 259 votos a favor y 93 en contra, había insistido en que sin esta limitación los alquileres de vivienda que se tenían que revalorizar en el primer trimestre hubieran subido un 6,26 %, teniendo en cuenta el índice que sirve de referencia.
Si la proposición de ley termina su tramitación parlamentaria -ahora va a continuar su camino en el Senado- las revalorizaciones anuales de los alquileres no podrán superar el 3,5 % hasta el segundo semestre de 2024. La inflación interanual en Francia se ralentizó en mayo, gracias a una contención de los precios de la energía, de la alimentación, de los productos manufacturados y de los servicios, y se quedó en el 5,1 %, ocho décimas menos que en abril.