El grupo de aerolíneas IAG -al que pertenecen Iberia, British Airways, Vueling, Aer Lingus y Level- ha caído este viernes en bolsa el 6,52 % en una jornada en la que ha anunciado que este año no pagará dividendo pese a cerrar 2022 con beneficios tras dos años de pérdidas por la pandemia. Las acciones de la compañía, que este jueves fueron las que más subieron del IBEX 35, han cerrado en 1,757 euros, el 6,52 % menos, con lo que pierden todo lo ganado la víspera y encabezan de nuevo el índice, pero en esta ocasión como el valor más bajista del día.
No obstante, la compañía, que ha sido la más negociada del mercado este viernes, acumula una subida en lo que va de año del 11,82 %. Según los analistas de Renta4, los resultados superan las previsiones y confirman la recuperación de la compañía tras dos malos ejercicios marcados por la pandemia y las restricciones a los vuelos. La plataforma de inversión eToro señala que las cuentas han cumplido con lo descontado por el mercado y destaca la fuerte revalorización de la compañía desde el pasado mes de septiembre y apuntan a una recogida de beneficios para explicar el descenso de hoy.
«La acción que parecía recoger de forma positiva los resultados registra ahora un recorte», indica en un comentario de mercado. Tras la presentación de resultados, el consejero delegado, Luis Gallego, ha señalado que el grupo no tiene previsión de abonar dividendo este año y que se centrará en la rentabilidad y en mejorar la eficiencia. Por otro lado, IAG comunicó ayer con el mercado ya cerrado un acuerdo para comprar la parte de Air Europa que aún no controlaba, un movimiento que en opinión de Renta4 es positivo porque mejora su posición competitiva en las rutas de Europa y Latinoamérica.
Asimismo, abre nuevos destinos en Asia, ofrece sinergias que se conseguirían entre 2026 y 2028 y permite al centro de operaciones de Madrid competir con los mayores centros de aviación de Europa. Bankinter también valora el acuerdo porque despeja la incertidumbre y tiene sentido estratégico, ya que permitiría crear en Madrid un gran centro de operaciones intercontinental entre Europa y Latinoamérica, evitando además la entrada de otros operadores que puedan hacerle competencia.