El número de muertos a causa de los terremotos registrados desde la madrugada del lunes en Turquía y Siria se eleva ya 28.192, mientras que el de heridos supera los 85.000 en ambos países, informaron fuentes a los dos lados de su frontera común. En territorio turco, las autoridades han contabilizado hasta el momento 24.617 fallecimientos y más de 80.000 heridos, lo que convierte a los sismos registrados esta semana en el sureste del país en los son los más devastadores desde 1939, según el último balance ofrecido por el vicepresidente turco, Fuat Oktay.
La cifra de víctimas supera ya con creces la de los terremotos de 1999 cerca de Estambul, donde murieron unas 18.000 personas. En Siria, el balance de muertos se sitúa este domingo en 3.575 y el de lesionados ronda los 5.300, registrados en su mayoría en las áreas opositoras del noroeste del país árabe, donde ayer el grupo de rescatistas Cascos Blancos dio por finalizada la búsqueda de supervivientes. Según datos de esa organización, 2.167 personas fallecieron y 2.950 resultaron heridas en las zonas rebeldes de las provincias de Idlib y Alepo, a las que se suman otros 1.408 decesos y 2.341 lesionados contabilizados en las áreas en manos del Gobierno de Bachar al Asad.
Tanto los Cascos Blancos, que desde ayer ya solo se dedican a recuperar cadáveres en los bastiones opositores, como la agencia oficial de noticias siria SANA desde hace dos días han ido informando de pequeñas variaciones en los recuentos en sus respectivas regiones. Sin embargo, no se han producido grandes aumentos de forma reciente, lo que podría deberse a la falta de recursos con los que cuentan los equipos de rescate, lastrados por la falta de combustible generalizada en el país, un bien necesario no solo para el transporte sino también para operar las máquinas de desescombro.