Estados Unidos y Japón están ampliando sus operaciones militares conjuntas ante las tensiones generadas en los últimos meses en la región, con la intención de integrar la estructura de mando de cara a un posible conflicto con China. James Bierman, comandante de la Infantería de Marina estadounidense en Japón, ha explicado que los aliados en Asia están emulando un trabajo que permita apoyarles ante supuestos escenarios de una invasión china de Taiwán, según se desprende de una entrevista con el periódico 'Financial Times'.
El general, que ha precisado que los dos ejércitos «han visto aumentos exponenciales» en sus operaciones en el territorio, ha comparado las tensiones entre Taiwán y China con la situación en Ucrania con Rusia.
«¿Por qué hemos logrado el nivel de éxito que hemos logrado en Ucrania? Una gran parte de eso se debió a que después de la agresión rusa en 2014 y 2015, nos preparamos seriamente para futuros conflictos: entrenamiento para los ucranianos, posicionamiento previo de suministros, identificación de sitios desde los cuales podríamos operar, apoyar, sostener operaciones», ha relatado.
«A eso lo llamamos ambientación teatral. Y estamos ambientando el teatro en Japón, en Filipinas, en otros lugares», ha agregado Bierman.
Tanto Tokio como Manila están intensificando la cooperación en materia de defensa con Washington, alegando la creciente tensión con las Fuerzas Armadas chinas, que han aumentado las maniobras militares cerca de Taiwán.
De hecho, las autoridades niponas -el primer ministro, Fumio Kishida, y ministros de Exteriores y Defensa- se reúnen esta semana con altos cargos estadounidenses para fortalecer la alianza bilateral, coincidiendo con el cambio de política japonesa que ha propuesto aumentar el gasto en defensa.
La nueva partida de gasto en defensa propuesta por Kishida para 2023 aumenta en un 26,4 por ciento respecto al año pasado y representa el primer paso para romper el techo histórico de asignación del 1 por ciento del PIB al sector militar, con la intención de subirlo hasta el 2 por ciento en el año 2027, en línea con las expectativas de la OTAN, a pesar de que la salud fiscal del país es la peor entre las principales economías industrializadas, con una deuda pública que representa más del doble del PIB.