La Duma del Estado de Rusia ha aprobado este jueves en tercera y última lectura una reforma que endurece y amplía los castigos contra quienes difundan contenidos LGTBI, con medidas que ya no se extienden únicamente al ámbito de los menores de edad. El oficialismo ruso justifica esta reforma en la necesidad de combatir lacras como la pedofilia, pero para las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos supone un paso más en la represión contra el colectivo LGTBI.
Las autoridades rusas prevén perseguir cualquier tipo de contenido considerado contrario a los valores conservadores en Internet, medios de comunicación, libros, películas y anuncios, según los medios oficiales rusos. No se permitirá, por ejemplo, difundir contenido sobre orientaciones sexuales consideradas no tradicionales, con un apartado específico para evitar que se pueda hacer «propaganda» de terapias de reasignación de género.
Las multas por «propaganda» LGTBI pueden llegar a 400.000 rublos (unos 6.400 euros) en el caso de ciudadanos de a pie, o 800.000 rublos si se trata de funcionarios. En el caso de entidades, la pena se eleva hasta los 5 millones (más de 79.000 euros), informa la agencia Interfax.
Por su parte, la Unión Europea (UE) ha lamentado este mismo jueves las nuevas medidas represivas adoptadas por la Duma, con una legislación que etiqueta a los críticos como «agentes extranjeros». Los Veintisiete consideran que «las enmiendas recientemente propuestas a la legislación sobre ciudadanía también son profundamente preocupantes», indicó un portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior.
«Estos avances legislativos alimentan la homofobia y profundizan aún más la dura represión de cualquier discurso crítico y alternativo en el contexto de la guerra de agresión ilegal, no provocada e injustificada de Rusia contra Ucrania, que la UE sigue condenando en los términos más enérgicos posibles», señaló el portavoz. «La Unión Europea se solidariza con los ciudadanos rusos a los que se les impide ejercer sus derechos humanos», añade.