El ministro de Defensa de China, Wei Fenghe, avisó este martes durante una reunión en Camboya con su homólogo estadounidense, Lloyd Austin, que «la cuestión de Taiwán es una línea roja infranqueable en las relaciones entre China y Estados Unidos». El encuentro se produjo en la ciudad camboyana de Siem Reap en los márgenes de la cumbre de ministros de Defensa de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), a la que ambos están invitados. Wei explicó a Austin que «la resolución de la cuestión es un asunto del pueblo chino» y advirtió de que «ninguna fuerza externa tiene derecho a interferir» en algo que Pekín considera parte de sus «intereses fundamentales», informó hoy en un comunicado el Ministerio de Defensa de China.
El titular de Defensa aseguró que la responsabilidad por la situación actual de las relaciones chinoestadounidenses recae en la parte norteamericana e instó a Washington a que «mantenga sus promesas» y a que «adopte una política racional y pragmática hacia China». «El Ejército chino tiene la confianza y la capacidad para proteger con determinación la unidad de la patria», señaló Wei. Por su parte, el portavoz del Ministerio de Defensa del país asiático Tan Kefei declaró hoy que las conversaciones celebradas en Camboya tienen «una importancia significativa» para volver a situar a las relaciones entre las dos potencias «en el camino de un desarrollo saludable y estable».
Tan, citado en medios locales, describió las charlas como «sinceras y constructivas». La de hoy es la primera reunión entre los responsables de Defensa de las dos potencias desde su encuentro en el Diálogo Shangri La en Singapur el pasado junio, antes de que las tensiones se dispararan en agosto a raíz de un viaje a Taiwán de la entonces presidenta de la Cámara Baja de EE.UU., la demócrata Nancy Pelosi. Pekín respondió a la visita con los mayores ejercicios militares en torno a la isla en décadas, además de sanciones comerciales sobre Taipéi y la suspensión de varios diálogos de alto nivel entre China y EE.UU, entre ellos los de defensa y cambio climático.
Los líderes de ambos países, Joe Biden y Xi Jinping escenificaron la semana pasada en los márgenes de la cumbre del G20 en la isla indonesia de Bali un acercamiento para evitar que sus tensiones desemboquen en un enfrentamiento bélico. China, que calificó la visita de Pelosi como «farsa» y «traición deplorable», reclama la soberanía de la isla autogobernada y considera a Taiwán una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949, tras perder la guerra civil contra los comunistas.