La cámara baja del Parlamento alemán (Bundestag) abordó hoy el plan del Gobierno para alargar la vida de tres reactores nucleares que debían ser desconectados a final de año hasta abril de 2023 con el fin de garantizar la seguridad del suministro energético. «Yo preferiría que esta enmienda no fuera necesaria», dijo la ministra de Medio Ambiente, la verde Steffi Lemke, con respecto al borrador, que cuenta con el apoyo de los grupos de la coalición de socialdemócratas, verdes y liberales. Lemke subrayó que la medida, que será aprobada presumiblemente este viernes, es indispensable debido al «chantaje fósil» que ejerce Rusia para debilitar el apoyo europeo a Ucrania, y a que, en el contexto de la crisis energética, sería «negligente» renunciar a cualquier contribución a la producción de electricidad, por pequeña que sea. No obstante, remachó, la energía nuclear sigue siendo peligrosa, más todavía en el contexto de la guerra en Ucrania, donde la central de Zaporiyia ha sido objeto de ataques, e instó a no cuestionar su abandono, que el Bundestag decidió en 2011.
Esta posición fue apoyada por el diputado socialdemócrata Jakob Blankenburg, que recordó que los test de estrés a los que se ha sometido al sistema eléctrico alemán muestran que en el peor de los escenarios podrían producirse algunos cortes temporales de suministro en invierno. La interrupción del suministro del gas ruso coincide con los problemas que está experimentando Francia con sus centrales nucleares y con el escaso desarrollo de las energías renovables en Baviera, al sur de Alemania, indicó. "Lo importante es no comprar nuevas barras de combustible nuclear, sino configurar las que hay para que puedan generar electricidad algo más de tiempo«, afirmó el diputado. También la liberal Carina Konrad pidió la aprobación de la enmienda, ya que según indicó »cada kilovatio hora cuenta« y es una cuestión de »sensatez" alargar la vida de los reactores Isar 2, Emsland y Neckarwestheim 2.
Expresaron su rechazo al plan del Gobierno de coalición, aunque por diferentes motivos, la unión de cristianodemócratas y conservadores bávaros, la ultraderecha de Alternativa por Alemania (AfD) y los izquierdistas de Die Linke. La diputada conservadora Anja Weisgerber abogó por alargar la vida de los reactores un mínimo de dos años, en lugar de tres meses y medio, ya que los expertos recomiendan ampliar al máximo la oferta de energía para reducir los precios, según argumentó. "Necesitamos mantener el funcionamiento por lo menos hasta finales de 2024 y comprar combustibles nuevos«, subrayó, ya que la crisis energética a su juicio no habrá terminado en primavera del año que viene. A este punto de vista se sumó el ultraderechista Reiner Kraft, que calificó las centrales de »recurso derrochado". Por el contrario, el diputado izquierdista Ralph Lenkert se pronunció en contra de alargar la vida de las nucleares en vista de los riesgos que conlleva y aseguró que la ya aprobada reactivación de las centrales de carbón es suficiente técnicamente para asegurar el suministro.