El paradero de Vladimir Putin, se ha convertido en toda una incógnita desde que empezó la invasión rusa a Ucrania. A pesar de que el politólogo y profesor ruso Valery Solovei aseguró hace unos días que se encontraba en un búnker de lujo en Siberia junto con sus dos hijas, el líder y su equipo también cuenta con cinco exclusivas aeronaves con protecciones para los viajes de representación y desde donde controlar la guerra.
El avión presidencial ruso es la aeronave oficial que transporta al presidente de la Federación Rusa cuando este viaja al extranjero. Todos los aviones de la flota presidencial rusa son operados por la aerolínea estatal GTK Rossiya. La aeronave en cuestión es una versión altamente personalizada del Ilyushin Il-96 estándar, incluyendo varias modificaciones relacionadas al lujo y a la seguridad. Aunque los detalles técnicos más específicos acerca de la aeronave han sido mantenidos en secreto, se sabe que la misma incluye sistemas avanzados de telecomunicaciones (cifradas o codificadas) e incluso algún tipo de cápsula de escape. Esta última no requiere que los pasajeros usen paracaídas, aunque su diseño exacto es un secreto de estado.
El avión principal es un Ilyushin Il-96-300PU de fuselaje ancho (con unos 5,7 metros de anchura interna), el cual además tiene una longitud de 55,3 metros, una envergadura de 60,11 m, una gran autonomía de unos 11 500 kilómetros (equivalentes a unas 6210 millas náuticas), cuatro motores turbofán con un empuje unitario de unos 160 kN (unos 16 000 kilogramos-fuerza), además de una velocidad crucero de unos 900 km/h (unos 486 nudos) No obstante, tal como sucede en el caso del avión presidencial estadounidense Boeing VC-25 o «Air Force One» respecto del B-747-200B en el que está originalmente basado, se trata de una versión altamente modificada en su interior respecto del Il-96-300 original, el cual tiene una capacidad máxima de 300 pasajeros en su configuración comercial convencional (capacidad que brinda un gran espacio para realizar adaptaciones). Las dos últimas letras cirílicas de su nombre son las iniciales de «Puesto de Comando» en idioma ruso.
Cuatro Il-96 modificados han sido usados como aviones presidenciales, siendo el primero de ellos usado por el primer presidente de la Rusia poscomunista, el ya fallecido Borís Yeltsin. Una característica poco conocida es el hecho de que el avión presidencial ruso, si bien es menor que su contraparte estadounidense (el Boeing VC-25 o B-747 modificado conocido como «Air Force One») es el que tiene mayor envergadura del mundo entre este tipo de aeronaves En 2005 la segunda aeronave fue usada por el mandatario Vladímir Putin. En 2010, el entonces tercer presidente, Dmitri Medvédev anunció que quería expandir la flota presidencial con dos aeronaves adicionales fabricadas por la fábrica de aviones localizada en la sudoccidental ciudad rusa de Vorónezh.
Antes el mandatario había utilizado otras aeronaves que no solo habían sido diseñadas sino también efectivamente fabricadas durante la anterior era soviética, tales como el Ilyushin Il-62, Tupolev Tu-154 y Yakovlev Yak-40. En particular la primera de ellas, con sus cuatro motores adosados cerca de la cola (dos en línea a cada lado del fuselaje) fue a partir de su primer vuelo en 1967 el estándar soviético de aeronave de largo alcance o gran autonomía (lo cual es una característica muy interesante para un avión presidencial). Desde la base, están diseñadas para servir como fortalezas voladoras con sistemas de guerra electrónica y contramedidas que protegen a sus ocupantes incluso contra ataques de misiles. También pueden servir como centros de mando y control para ejecutar y supervisar operaciones militares
La aeronave presidencial rusa está pintada con el mismo esquema o patrón de colores de las aeronaves comunes de la aerolínea Rossiya, a excepción del escudo de Rusia o el estandarte presidencial en la cola o el empenaje del avión, en lugar de la bandera de Rusia. Los interiores de la aeronave están inspirados en el arte tradicional ruso. En mayo de 2002 trascendió que tales encajes habían sido fabricados en Inglaterra y que el mismo Vladímir Putin había personalmente inspeccionado los trabajos que se le estaban realizando en la fábrica de aviones de Vorónezh mientras se desempeñaba como primer ministro.
Aunque el interior de la aeronave no ha aparecido casi nunca en los medios de comunicación, la pocas veces que lo ha hecho se ha podido apreciar que la comodidad y lujo que le caracterizan se unen a la necesidad de «proporcionar un entorno propicio para el trabajo». Por ello, se sabe que dispone de una suite y una sala de conferencias con nueve asientos, despachos varios y otros lugares destinados a reuniones secretas.