Los talibán están contemplando la posibilidad de incluir a mujeres en un futuro gobierno pero han avisado a la comunidad internacional, y a Estados Unidos en particular, para que ejerzan presiones sobre el movimiento a la hora de configurar nuevos añadidos en un ejecutivo que prevén como «inclusivo, pero no selecto», en palabras de uno de sus más destacados portavoces.
«La comunidad internacional debe respetar los deseos del pueblo afgano», ha avisado Suhail Shahin, embajador designado del Emirato Islámico de Afganistán ante Naciones Unidas, en una entrevista publicada por la cadena panárabe Al Yazira.
Al mismo tiempo, fuentes talibán han indicado al mismo medio que el grupo se ha mostrado extremadamente reticente ante las peticiones de Estados Unidos para incluir a «miembros de la vieja guardia» en el Gobierno.
Shahin sostuvo el jueves reuniones con embajadores y representantes de varios países, incluidos Reino Unido y Estados Unidos, como prolegómeno a la reanudación de las conversaciones internacionales este fin de semana en la capital de Qatar, Doha, en lo que será su primer encuentro presencial tras la retirada de las tropas internacionales de Afganistán.
La cita se produce mientras la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, intenta organizar la entrega de ayuda humanitaria y presiona para que el grupo insurgente que tomó el poder del país centroasiático proteja los derechos de los afganos.
Un alto funcionario del Departamento de Estado estadounidense ha confirmado a la cadena CNN que las reuniones tendrán lugar en Doha el sábado y el domingo y que son «una continuación de los compromisos pragmáticos con los talibán sobre temas de interés nacional vital de Estados Unidos».
Asimismo, el funcionario ha incidido en que la reunión no implica el reconocimiento ni confiere legitimidad al grupo y ha destacado que en ella se buscará «mantener a los talibán en su compromiso de no permitir que los terroristas usen suelo afgano para amenazar la seguridad de Estados Unidos o sus aliados».
La delegación tiene también como objetivo reclamar a los líderes talibán que «respeten los derechos de todos los afganos, incluidas las mujeres y las niñas, y formen un gobierno inclusivo con un amplio apoyo», así como que «permitan a las agencias humanitarias el libre acceso a las áreas necesitadas» ante la grave crisis del país.
Entre las prioridades también está el encontrar el «paso seguro y continuo fuera de Afganistán de estadounidenses y otros ciudadanos extranjeros y afganos» con quienes Washington tiene un «compromiso especial».
Al respecto, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, señaló el jueves que Estados Unidos está en contacto con «decenas» de personas en Afganistán que «desean irse», entre ellos una cifra indeterminada de estadounidenses.