El ministro de Interior de España, Fernando Grande-Marlaska, ha insistido este viernes en que la Unión Europea debe apostar por una cooperación transversal con los países de origen y tránsito de la migración para contener las entradas irregulares, al tiempo que ha descartado que Marruecos, a quien la UE apercibió cuando permitió el paso descontrolado de migrantes a Ceuta, sea un vecino que instrumentalice la gestión migratoria para presionar a la UE.
«No comparto esas conclusiones sobre Marruecos», ha indicado Marlaska a su llegada a una reunión de ministros de Interior de la UE en Luxemburgo, al ser preguntado por la posición de España en el debate sobre cómo responder a la instrumentalización de la migración que algunos países como Bielorrusia o Marruecos han llevado a cabo recientemente para presionar a los Veintisiete.
En este sentido, el ministro ha recalcado que para España una de las claves para frenar la entrada ilegal de migrantes y avanzar hacia una migración «legal, segura y ordenada» es mejorar la cooperación con los países de origen y tránsito, precisando que tal colaboración ha de ser «transversal» y no solo apoyada en cuestiones de seguridad.
Además, el titular de Interior ha pedido que no se hable de la migración como un «problema, sino como un desafío», al que la Unión Europea debe hacer frente en su dimensión interior, pero «sin apartar» la dimensión exterior en la que España tanto insiste.
Los ministros europeos discutirán a lo largo de la reunión en Luxemburgo de los escasos avances logrados en la negociación para reformar la política de migración y asilo común que Bruselas trata de desbloquear sin éxito desde hace más de un año.
Pese a las conversaciones entre 27 y la propuesta modificada que presentó la Comisión en su momento, persisten las diferencias fundamentales entre los países que, como España o Italia, reclaman compromisos vinculantes de sus socios respecto a la solidaridad en la acogida de migrantes y aquellos que, como Hungría o Polonia, rechazan de plano asumir ningún tipo responsabilidad.
Marlaska ha asegurado que los cinco países del Mediterráneo --España, Italia, Grecia, Chipre y Malta-- se mantienen unidos en esta negociación porque son los que soportan una mayor presión por ser la primera ruta de entrada irregular por vía marítima a la UE y están determinados a «avanzar y ser flexibles».
Con todo, el ministro ha advertido de que para lograr esos avances es necesario que se den «puntos de contacto y comunicación» entre todos los Estados miembro con respecto a la «responsabilidad compartida y la solidaridad» que, a su juicio, son elementos «esenciales» para sacar adelante el nuevo pacto migratorio pero que, además, están recogidos ya en los Tratados de la UE