El futuro Parlamento alemán, que se elige en los comicios generales de este domingo, puede terminar siendo el que tenga más diputados en su historia, más de 900, debido a las particularidades de un sistema electoral que normalmente llevan a ampliar el pleno nominal de 598.
Un total de 299 diputados son elegidos de manera directa en el mismo número de distritos electores. Allí el candidato que logre una mayoría simple en su distrito obtiene directamente un escaño, lo que se suele denominar «mandato directo».
Cada alemán tiene dos votos. El llamado primer voto es para elegir un candidato de su circunscripción. Con el segundo vota por la lista de un partido determinado.
La composición final del Parlamento está determinada en buena parte por el resultado del llamado segundo voto. Así, por ejemplo, si en el escrutinio del segundo voto un partido logra un 20 % le corresponde un 20 % de los escaños.
No obstante, puede darse el caso de que un partido obtenga más mandatos directos de los que le corresponderían por el escrutinio del segundo voto.
En ese caso, el número de diputados del pleno tiene que aumentarse con lo que se llaman «mandatos adicionales». Además, una sentencia del tribunal constitucional obligó a que los partidos que no obtengan mandatos adicionales tienen que recibir mandatos compensatorios para evitar una ventaja indebida de los partidos grandes.
En la última legislatura el Parlamento tuvo 709 diputados, 111 de los cuales se obtuvieron a través de la figura de los mandatos adicionales o mandatos compensatorios.
De las elecciones de este domingo, según diversos cálculos, puede salir un Parlamento aún más grande y algunos analistas aventuran que se pueda llegar hasta los 900 diputados. Durante toda la legislatura anterior se discutió sobre una reforma para evitar ese efecto pero al final solo se hicieron cambios puntuales.