El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha asumido este martes, un día después de que partiera el último avión estadounidense desde Kabul, la responsabilidad de la decisión de poner fin a 20 años de presencia militar en Afganistán y evacuar el país, algo que ha evitado «otra década de guerra».
En un discurso en el que ha hecho un repaso sobre la misión de evacuación estadounidense, Biden ha remachado que esta misma guerra «debería haber terminado hace mucho tiempo», y que como presidente «no iba a extender una guerra para siempre», mientras que ha defendido que la decisión de retirarse del país se fundamenta en que «todo ha cambiado», en referencia a los acordado por su predecesor, Dondald Trump, con los talibán.
La guerra en Afganistán «ya no estaba al servicio de los intereses nacionales» estadounidenses. «Hemos sido una nación en guerra durante demasiado tiempo», ha lamentado el mandatario.
«La obligación fundamental de un presidente, en mi opinión, es defender y proteger a Estados Unidos. No contra las amenazas de 2001 sino contra las amenazas de 2021 y mañana. Ese es el principio rector detrás de mis decisiones sobre Afganistán», ha insistido en contestación a las críticas que ha recibido sobre su gestión de la crisis afgana. Además, ha recordado su promesa electoral de poner fin a esta guerra, señalando que lo ha cumplido.
«Anoche en Kabul, Estados Unidos puso fin a 20 años de guerra en Afganistán. La guerra más larga en la historia estadounidense», ha explicado el mandatario, que ha resaltado una de las evacuaciones aéreas «más grandes de la historia, con más de 120.000 personas evacuadas a lugares seguros».
Esta misión de evacuación ha sido un «éxito», en palabras de Biden, gracias a la «increíble habilidad y valentía desinteresada del Ejército de Estados Unidos y los diplomáticos y profesionales de inteligencia». Además, y respecto a las críticas que ha recibido Washington sobre la misión, Biden ha indicado que está «respetuosamente en desacuerdo» con quienes aseguran que se habría podido iniciar antes o que se ha llevado a cabo «de manera desordenada».
En este sentido, el presidente estadounidense ha asumido «la responsabilidad de la decisión» sobre la retirada, aunque ha incidido en que «la conclusión es que no hay evacuación en el final de una guerra que se pueda ejecutar sin el tipo de complejidades, desafíos y amenazas» que han enfrentado.
Biden ha asegurado que «el 90 por ciento de los estadounidenses en Afganistán que querían irse han podido hacerlo», mientras que la Casa Blanca calcula que existen unos 100 o 200 ciudadanos de Estados Unidos que siguen en territorio afgano, y para los que «no hay fecha límite», ha indicado el presidente, ya que «seguimos comprometidos a sacarlos si quieren salir».
Por otro lado, el presidente ha vuelto a insistir en la idea de que, a pesar de que Estados Unidos ha retirado toda presencia militar en el país, seguirá trabajando por hacer cumplir a los talibán los compromisos en materia de una salida segura de la nación centroasiática, permitiendo «una marcha continua de aquellos que quieran irse» y de los que quieran «entregar asistencia humanitaria al pueblo de Afganistán».
«Continuaremos apoyando al pueblo afgano a través de la diplomacia y el compromiso», ha insistido, además de agregar que Washington continuará luchando contra el terrorismo «allá donde esté». Biden ha enviado un mensaje a Estado Islámico, advirtiéndoles que «no han terminado con ellos todavía», sino que trazarán una estrategia «dura, implacable, dirigida y precisa» en respuesta al ataque que el jueves pasado mató a 13 personas en Kabul.