Dos explosiones en el exterior del aeropuerto de Kabul han provocado este jueves decenas de muertos, entre los que hay menores de edad y doce marines estadounidenses. La cifra de heridos ya asciende a más de 150.
El ISIS ha asumido la responsabilidad de los atentados. El Pentágono ha explicado que la primera explosión se ha producido cerca de la puerta de Abbey, uno de los cuatro accesos al aeropuerto, y la segunda en las inmediaciones del Hotel Baron —muy cerca de la misma zona—, que ha causado víctimas estadounidenses.
Los medios locales han difundidos imágenes de los instantes posteriores al ataque, con civiles transportando a personas que habrían resultado heridas. Según Pajhwok, hay al menos dos muertos y decenas de heridos.
Las primeras hipótesis apuntan a un atentado suicida de ISIS, si bien fuentes locales hablan también de posibles disparos en las inmediaciones de la Abbey Gate, uno de los puntos de acceso clave al aeródromo durante el proceso de evacuaciones iniciado hace una semana y media.
Al menos tres militares de Estados Unidos figuran entre los heridos, según fuentes citadas por Fox News. El Ministerio de Defensa de Reino Unido, por su parte, no tiene constancia de que haya víctimas británicas.
Sin víctimas españolas
Los militares españoles desplegados en Afganistán se encuentran a salvo tras la explosión, según han informado fuentes del Ministerio de Defensa. La deflagración no habría afectado a ningún miembro de las Fuerzas Armadas españolas desplegados en el país, según ha informado Defensa. Tampoco hay constancia de que haya afectado a los miembros de la Policía Nacional que se encuentran allí, ha asegurado el Ministerio de Defensa.
La Embajada de Estados Unidos, que el miércoles había lanzado un aviso por un posible atentado inminente, ha recomendado a sus ciudadanos que eviten dirigirse al aeropuerto y a sus puertas tras la explosión registrada. «Los ciudadanos estadounidenses que se encuentran en Abbey Gate, East Gate o North Gate deberían marcharse inmediatamente», ha instado.
Por su parte, el embajador francés en Kabul, David Martinon, ha aconsejado a los «amigos afganos» que se encuentran en las proximidades de la entrada del aeropuerto que se alejen con urgencia y busquen cobijo ya que «es posible una segunda explosión», ha escrito en su Twitter.
Los talibán advirtieron esta semana de que no facilitarían la llegada al aeródromo de ningún ciudadano afgano y también exhortaron a la población a abandonar la zona, aludiendo igualmente a razones de seguridad.
Con los talibán ya prácticamente al mando del país, la principal amenaza ahora deriva de Estado Islámico, que se hace llamar en Afganistán Estado Islámico Provincia de Jorasán. El nombre alude a una región histórica que a día de hoy se reparte entre Afganistán y Pakistán y su objetivo es compartido con otras organizaciones afines: imponer una estricto régimen bajo la 'sharia' o ley islámica.
El grupo, surgido en enero de 2015, se nutre de una amalgama de talibán afganos y paquistaníes. Sus doctrinas son incluso más duras que las de los talibán, a los que consideran herejes y a quienes recriminaron el acuerdo de paz sellado en febrero de 2020 con el entonces Gobierno de Estados Unidos, encabezado por el presidente Donald Trump, punto de partida del repliegue extranjero.
En los últimos años, Estado Islámico Provincia de Jorasán ha sufrido varias derrotas militares y la detención de algunos de sus principales líderes, pero ha terminado creciendo al albor del caos en que se ha visto sumido Afganistán y ha seguido perpetrando atentados, también en Kabul. Entre sus objetivos figuran autoridades locales y fuerzas extranjeras.
El domingo, el secretario de Estado, Antony Blinken, advirtió de los crecientes riesgos de seguridad a medida que pasan los días en Afganistán. El jefe de la diplomacia estadounidense remarcó que el operativo de evacuación tiene lugar «en un ambiente hostil en una ciudad y un país ahora controlado por los talibán» y con «la muy real posibilidad de un ataque del Estado Islámico (EI)».
EE.UU. ha asegurado que seguirá con las evacuaciones hasta la fecha límite marcada por el presidente Joe Biden el 31 de agosto y que priorizará la salida de las tropas que quedan en los últimos dos días.
Gabinete de crisis
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, retrasó su encuentro de este jueves con el primer ministro israelí, Naftali Benet, que iba a comenzar a las 11.30 hora local (15.30 GMT), después de los dos ataques que se han registrado fuera del aeropuerto de Kabul. La Casa Blanca informó de que la reunión entre los dos líderes ha sido pospuesta, y no ofreció una nueva hora para su comienzo.
A esta hora, Biden sigue monitoreando lo ocurrido en Kabul, donde hay víctimas estadounidenses, junto con el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y el titular de Defensa, Lloyd Austin, según medios locales.
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, ha convocado un gabinete de crisis de urgencia tras el ataque registrado en el aeropuerto de Kabul, Afganistán. «El primer ministro ha sido informado de la situación en el aeropuerto de Kabul y presidirá una reunión esta misma tarde», ha anunciado un portavoz de Downing Street.
El presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó este jueves que su país se «coordinará» con sus «aliados americanos» para hacer frente a la «tensa situación» que afecta al aeropuerto de Kabul. Macron efectuó esas declaraciones en Dublín, después de reunirse con el primer ministro irlandés, Micheál Martin, en un encuentro dominado por la situación en Afganistán, explicó el líder galo en una conferencia de prensa conjunta.
«Al tiempo que hablamos aquí, la situación está empeorando en torno al aeropuerto militar. Estamos ante una situación muy tensa, que no lleva a coordinarnos con nuestros aliados americanos», dijo el presidente francés. También subrayó que será necesario «coordinarse» para abordar asuntos de cara al futuro, como los relacionados con la migración, y «cooperar» con el Consejo de Seguridad de la ONU, ya que «en los próximos días y semanas deberemos definir la dirección del mandato de la ONU».