El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció este lunes que el final de las restricciones impuestas por la pandemia de la COVID-19 se retrasará en Inglaterra hasta el 19 de julio, frente al 21 de junio que estaba previsto, a causa del impacto de la variante Delta del coronavirus.
En una rueda de prensa, Johnson dijo que esta medida da a la sanidad británica «unas semanas más» para avanzar en la campaña de vacunación y administrar así las dos dosis de la vacuna a al menos dos tercios de la población adulta para el 19 de julio.
Pese a ello, el primer ministro se mostró «confiado» en que, si la cifra de hospitalizaciones se reduce, dentro de dos semanas se pueda adelantar el final de la desescalada.
Johnson reconoció que su Gobierno era consciente de que la apertura de la sociedad iba a traer consigo un aumento de las infecciones y hospitalizaciones, pero la aparición de la nueva variante Delta, identificada inicialmente en la India, bastante más contagiosa, ha hecho que el virus se propague con rapidez.
«Aunque el vínculo entre infección y hospitalización se ha debilitado, no se ha roto», señaló el «premier», quien también dijo que el número de ingresados en cuidados intensivos está aumentando.
Debido a la nueva variante, los casos están creciendo un 64 % por semana y en las zonas más afectadas se están doblando en ese periodo de tiempo, mientras que los hospitalizados crecen un 50 % cada semana.
Por todo ello, Johnson concluyó que no se dan las condiciones para avanzar hacia el paso 4 del desconfinamiento, a partir del cual se levantarían las restricciones sociales y se permitiría la reapertura de clubes nocturnos y grandes eventos deportivos y culturales.
Pese a todo, consideró que la sociedad deberá «aprender a vivir con el virus», ya que esto no podrá ser eliminado totalmente.