Las autoridades alemanas han declarado a Francia como zona de alta incidencia por coronavirus y, por lo tanto, acreedora de las nuevas restricciones de viaje que obligarán a la entrega de una prueba negativa de coronavirus para los pasajeros que lleguen a Alemania desde ese país, según ha anunciado Instituto Robert Koch para enfermedades infecciosas, la agencia oficial del país para el seguimiento de la pandemia.
El ministro de Salud alemán, Jens Spahn, ha anunciado que la entrada en vigor de las pruebas obligatorias de coronavirus a los pasajeros de todos los vuelos que lleguen al país, y que en principio iban a comenzar este domingo, ha sido aplazada al martes para dar tiempo a completar los preparativos.
«Todo el país de Francia, incluidos todos los departamentos de ultramar, ahora se considera un área de alta incidencia», ha hecho saber la agencia en un comunicado publicado en su página web.
Asimismo, el instituto ha retirado de esta lista al estado austriaco de Tirol, así como la República Checa y Eslovaquia, lo que significa el levantamiento de una parte importante de las restricciones de entrada.
La situación de las infecciones en Francia ha empeorado constantemente en las últimas semanas. Cada día las autoridades informan sobre 30.000 nuevas infecciones y la situación en los hospitales es extremadamente tensa en varias regiones. El número de nuevas infecciones por cada 100.000 habitantes en una semana es actualmente superior a 300. La clasificación como zona de alta incidencia se realiza a partir de un valor de incidencia de 200.
Cualquier persona que quiera entrar en Alemania desde estas zonas deberá presentar una prueba de coronavirus negativa. Además, los respectivos estados federados suelen establecer normas especiales para la población que viaja con frecuencia entre un país y otro por razones de trabajo.
La región francesa de Mosela fue clasificada como zona con variantes del virus a principios de marzo. Esto significa que ya existe la obligación de realizar el test. En el futuro, probablemente solo se controlará de forma aleatoria detrás de la frontera. No está previsto que haya controles fronterizos fijos.
Sin embargo, en las fronteras con el Tirol austriaco y la República Checa existen actualmente estos controles fronterizos a petición de los estados limítrofes de Baviera y Sajonia.
Se considera probable que ahora se levanten, al menos en la frontera con el Tirol, que pasará a ser zona de riesgo «normal» a partir del domingo. La República Checa y Eslovaquia, en cambio, seguirán siendo consideradas zonas de alta incidencia.