Al menos 48.000 aves de corral murieron como consecuencia de un brote de gripe aviar H5N1 en una granja en la región de Thiès, al oeste de Senegal, y otras 52.000 fueron sacrificadas para evitar su propagación, dijo el ministro de Ganadería de este país de África occidental, Aly Saleh Diop.
«Antes de que llegáramos ya había 48.000 muertas y luego sacrificamos a 52.000, por lo que son unas 100.000», dijo el ministro a iRadio en declaraciones recogidas hoy por la prensa local.
«Como no podíamos arriesgarnos tuvimos que matarlas a todas y desinfectar las instalaciones para contener el virus», añadió, antes de especificar que se trata de una granja «aislada» situada en Ndiakhat, localidad de la comuna de Pout, a unos 50 kilómetros de la capital.
Los casos de gripe aviar H5N1 fueron descubiertos a finales de diciembre, y de acuerdo con el ministro, se habrían adoptado a tiempo «todas las medidas» para su contención.
«Tras esa notificación, y después de un análisis realizado por el Laboratorio Nacional de Cría e Investigación Veterinaria, evaluamos el alcance de la enfermedad, identificamos los factores de riesgo y formulamos recomendaciones para un control rápido del brote», explicó Diop.
La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE, por sus siglas en inglés) tan solo anunció este jueves la existencia de este último brote de gripe aviar en Thiès, donde la granja habría sido desinfectada conforme a las normas de la OIE y sus trabajadores testados en el Instituto Pasteur de Dakar, con resultados negativos.
La cepa de gripe aviar H5N1, surgida en el sudeste asiático a finales de 2003, es «altamente patógena» y durante los últimos años ha originado «importantes focos que han afectado a las aves domésticas y silvestres en todo el mundo», según indica la OIE.
Este virus puede afectar a varias especies avícolas para el consumo, como pollos, pavos, codornices o la gallina de guinea, pero también a las aves silvestres, algunas especies de mamíferos y, a veces, a humanos.