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Pandemia de coronavirus

Confusión y polémica en Argentina por la compra de la vacuna rusa

Varias personas hacen cola para solicitudes de trabajo en Buenos Aires. | Juan Ignacio Roncoroni

| Buenos Aires |

El proceso de compra en Argentina de la vacuna rusa Sputnik-V, el más avanzado de todos en el país suramericano, ha creado polémica y confusión después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, dijera el jueves que aún no está lista para las personas mayores de 60 años.

«A la gente como yo la vacuna todavía no llega», dijo Putin, que tiene 68 años y explicó que la Sputnik-V, que ya se usa en la campaña de vacunación de su país, está aprobada solamente para un determinado grupo de edad, de 18 a 60 años.

Estas declaraciones del mandatario ruso, que aclaró que no se vacuna atendiendo a las recomendaciones de los especialistas pero que lo hará «sin falta cuando sea posible», impactaron en Argentina, que ya había firmado un acuerdo con Rusia y esperaba vacunar a 300.000 personas antes de fin de año, en especial a personal esencial, a personas con enfermedades prevalentes y mayores de 60.

Para más inri, la comparecencia de Putin coincidió con la visita a Moscú de una delegación del Gobierno argentino, encabezada por la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, para cerrar los detalles del inminente envío de las vacunas.

«Están realmente terminando los últimos pasos para poder también aprobar el uso de esta vacuna en los mayores de 60 años, por supuesto que es fundamental para el mundo, pero para nuestro país también, empezar a vacunar a quienes han tenido mayor mortalidad (por el virus)», dijo la funcionaria al canal argentino C5N.

Este viernes, en un acto en la provincia de Buenos Aires, el presidente Alberto Fernández se refirió a la llegada de las vacunas, aunque sin referirse a ninguna en concreto. «La vacuna estará llegando. Los laboratorios se pelean por la vacuna... allá ellos. La vacuna estará llegando y en breve nosotros empezaremos a vacunar a los argentinos», subrayó. «Primero a los trabajadores esenciales que son los que están más expuestos. Y después empezaremos a vacunar a los que están más expuestos por su edad o por enfermedades prevalentes», añadió.

CRÍTICAS DE LA OPOSICIÓN

Luego de la comparecencia de Putin, y en medio de una fuerte confusión respecto a los supuestos inconvenientes a la hora de vacunar a mayores de 60 años y de la estrategia llevada a cabo por el Ejecutivo peronista, se dio una cascada de declaraciones por parte del arco opositor.

«¿Una vacuna que no inmuniza a la población de mayor riesgo para esta enfermedad? Esto confirma lo que venimos diciendo, que el Gobierno está haciendo un uso político del tema vacunas ¿Gobierno de científicos?», escribió en Twitter la diputada opositora Graciela Ocaña, que recordó que el propio Fernández, de 61 años, había dicho días atrás que iba a ser «el primero en vacunarse».

Asimismo, varios diputados de la Unión Cívica Radical impulsaron un pedido de juicio político contra el ministro de Salud, Ginés González García. «Tenemos Ministerio de Salud pero destaca por su ineficiencia. Es una vergüenza que todos paguemos su falta de criterio, profesionalismo e investigación. Presenté el pedido de juicio político para @ginesggarcia por comprometer la salud de los argentinos», indicó el legislador José Cano.

LOS PROBLEMAS CON PFIZER

El contrato para adquirir la Sputnik V, suscrito con el Fondo Soberano de Rusia, fue el tercero que firmaba Argentina: el primero fue con la británica AstraZeneca y la Universidad de Oxford y el segundo con COVAX, mecanismo creado por la ONU.

Mientras con la vacuna rusa se esperaba contar con dosis para vacunar entre enero y febrero -en pleno verano- a 10 millones de personas, tras una primera remesa para vacunar a 300.000 personas antes de fin de año, la previsión del Gobierno, según reveló el propio presidente a principios de mes, era aplicar la de AstraZeneca y Oxford en marzo.

También deseó que la vacuna de la estadounidense Pfizer pudiera aplicarse en febrero. Sin embargo, el miércoles pasado, González García aseguró que aunque mantiene «toda la esperanza» de concretar el acuerdo con Pfizer, «la negociación no está cerrada» ya que la farmacéutica estadounidense pide «condiciones un poco inaceptables».
«Entonces les hemos pedido que revean todas esas circunstancias porque la voluntad política de la argentina es tener la vacuna de Pfizer como la tener de toda la vacuna y la prioridad es cuando la íbamos a tener», señaló.

Patricia Bullrich, presidenta de Propuesta Republicana, partido del expresidente Mauricio Macri e integrante también de Juntos por el Cambio, consideró que «para mitigar la desastrosa estrategia contra el covid-19, Alberto Fernández anuncia una vacuna no aconsejable para adultos mayores y desecha la que pide el mundo entero». «¿Así nos cuida? Está en crisis su palabra y la seguridad de todos», señaló la también exministra de Seguridad.

LA POSTURA DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

Este viernes, Fernán Quirós, ministro de Salud de la ciudad de Buenos Aires, distrito gobernado por el opositor Horacio Rodríguez Larreta, remarcó que en la vacuna rusa está «a pocos días aparentemente» de aparecer en una publicación científica. «Va a ser muy importante para nosotros poder ver esa información para poder explicarle a la ciudadanía cuáles son las características de esa vacuna y las condiciones que tiene», señaló.

Quirós, que al igual que Rodríguez Larreta ha mantenido una relación aparentemente cordial con el Gobierno nacional en la gestión de la pandemia, afirmó que mientras hay vacunas sobre las que ya hay reportes científicos, de otras, como la Sputnik-V, solo hay «reportes periodísticos».

«Lo que le pasa aparentemente en términos técnicos a esta fase 3 es que el grupo de mayores de 60 años todavía le falta algunas semanas de seguimiento como para tener suficiente cantidad de personas seguidas», consideró.

Con todo, el ministro se mostró convencido de que es un tema de «temporalidad» y seguramente en las próximas semanas quedará «claramente esclarecido» para saber si la eficacia en el grupo de mayores de 60 es similar a la que reportaron en los menores de 60.

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