El expresidente francés Nicolas Sarkozy fue imputado por asociación de malhechores en relación con la presunta financiación ilegal de la campaña electoral que le llevó al Elíseo en 2007, informaron a Efe este viernes fuentes de la Fiscalía Nacional Financiera.
Se trata de la cuarta imputación de Sarkozy por la presunta recepción de fondos del régimen libio de Muamar el Gadafi para esa campaña, ya que en marzo de 2018 había sido imputado por corrupción pasiva, receptación de fondos públicos malversados y financiación irregular de una campaña electoral.
Sarkozy, presidente entre 2007-2012 y que ahora tiene 65 años, fue inculpado después de que esta semana prestara declaración durante cuatro días ante el tribunal de instrucción que investiga el caso.
El expresidente reaccionó de forma inmediata con un comunicado divulgado en redes sociales en el que reivindicó su inocencia y afirmó que esta imputación es «una nueva etapa en la larga lista de injusticias» que dice haber sufrido.
«Los franceses deben saber que soy inocente de lo que se me acusa, para lo que se da un crédito improbable a las declaraciones de asesinos, estafadores notorios y falsos testimonios», insistió.
Este caso contra Sarkozy se reactivó después de que el Tribunal de Apelación de París rechazó a finales de septiembre la mayoría de los recursos que había presentado para anular esa instrucción judicial.
La investigación se abrió en 2013 y el político conservador fue imputado formalmente de los tres primeros cargos en 2018, aunque siempre ha defendido su inocencia.
Una de las pruebas presentadas en su contra entonces era un documento de 2006 del jefe de los servicios secretos de Gadafi, Musa Kusa, sobre la concesión de 50 millones de euros para la campaña electoral de Sarkozy.
Tres de sus antiguos ministros, Claude Guéant, Éric Woerth y Brice Hortefeux, están también imputados.
Además, Sarkozy tiene pendientes otros dos casos con la Justicia francesa.
En primer lugar, entre finales de noviembre y comienzos de diciembre será juzgado por corrupción y tráfico de influencias por supuestamente haber intentado obtener, a cambio de un favor, informes confidenciales de un magistrado en el llamado «caso de las escuchas».
Finalmente, entre marzo y abril del año próximo se sentará en el banquillo también por una presunta financiación ilegal de su campaña presidencial de 2012, en la que fue derrotado por el socialista François Hollande.