Los demócratas confirmaron este martes a Joe Biden como candidato a la Presidencia de Estados Unidos, de cara a los comicios del próximo del 3 de noviembre, en una votación que transcurrió de manera telemática debido a la pandemia de coronavirus.
En un resultado más que previsible, la candidatura del que fuera el vicepresidente de Barack Obama (2009-2017) fue oficializada con el apoyo de 3.558 delegados frente a los 1.151 que obtuvo su rival en las primarias, el senador izquierdista Bernie Sanders.
A lo largo de media hora, los compromisarios de 57 estados y territorios de EE.UU. fueron anunciando sus votos. Entre los representantes de Vermont, apareció Sanders, con mascarilla, aunque no pronunció ningún mensaje.
Sanders se retiró de la carrera electoral el pasado 8 de abril, con lo que el resultado de la votación de este martes no ha resultado ninguna sorpresa.
Al finalizar la ronda de votación, la convención conectó en directo con la residencia de Biden en Delaware, quien apareció junto a su esposa Jill, celebrando la confirmación.
«Gracias, muchas gracias desde el fondo de mi corazón», dijo Biden, quien agregó: «Nos vemos el jueves, gracias, gracias».
Está previsto que el próximo jueves Biden cierre los cuatro días de convención con su discurso de aceptación de la nominación demócrata a la Presidencia.
Poco después de la votación, el exvicepresidente lanzó un mensaje en su cuenta de Twitter: «Es el honor de mi vida aceptar la nominación del Partido Demócrata a presidente de EE.UU. de América».
Más allá de su confirmación, la segunda jornada del evento transcurrió igual de deslucida que la primera noche, debido al formato virtual adoptado por la pandemia, lejos de la fanfarria habitual de las convenciones.
Tras la apertura del lunes, que contó con las intervenciones de Sanders y de la ex primera dama Michelle Obama, la convención contó este martes con los expresidentes Jimmy Carter (1977-1981) y Bill Clinton (1993-2001); con la estrella emergente del partido, la congresista Alexandria Ocasio-Cortez; y con la aparición inesperada de exsecretario de Estado republicano Colin Powell.