El Gobierno alemán evalúa con los poderes regionales la posibilidad de restringir los viajes al extranjero de ciudadanos afectados por brotes detectados en determinados distritos del país. «Estamos considerando si no es mejor esta variante a la de que el viajero se vea obligado a regresar tras llegar a su destino de vacaciones», afirmó el ministro de la Cancillería, Helge Braun, en declaraciones al canal de televisión privado NTV.
La cuestión se ha planteado por la aparición de brotes regionales, el mayor de los cuales se detectó hace dos semanas con más de 1.500 contagios relacionados con el personal de un matadero de Renania del Norte-Westfalia (oeste del país).
Las autoridades regionales optaron por decretar el confinamiento parcial de los cerca de 640.000 habitantes de dos distritos pertenecientes a ese «Land», medida que mientras tanto ya se desactivó.
Ante eventuales nuevos brotes, se ha abierto en Alemania el debate en torno a la adopción de medidas a escala regional para los ciudadanos que viajen al exterior de vacaciones o incluso que se someta a cuarentena a quienes regresen de países donde haya habido tales brotes.
Alemania, en coordinación con sus socios de la Unión Europea (UE), levantó progresivamente entre finales de junio y principios de julio las restricciones al turismo para el territorio del bloque comunitario y asociados del espacio Schengen.
A escala regional, en el conjunto de medidas relacionadas con la pandemia, se ha buscado el consenso entre el gobierno federal de la canciller Angela Merkel y los poderes regionales, los «Länder», a los que finalmente compete su implementación.
El ministro de Sanidad, Jens Spahn, alertó por su parte ayer de que las vacaciones en Europa pueden propiciar rebrotes de la COVID-19 si se permiten excesos como incumplir normas básicas para impedir la propagación del coronavirus.
«La pandemia no ha pasado. Estamos en medio de ella» , advirtió Spahn, en su calidad de presidente de turno del Consejo de ministros europeos de Sanidad en este semestre.
«Tenemos que tener mucho cuidado de que el Ballermann no sea un segundo Ischgl», agregó el ministro comparando ese conocido balneario de El Arenal, en Mallorca, y la localidad austríaca en la que se produjeron contagios del coronavirus que a principios de año se propagaron en varios países europeos.
Las imágenes difundidas este fin de semana en medios alemanes de turistas de fiesta en la isla balear se convirtieron en virales y a ellas se refirió Spahn para ilustrar el peligro que puede suponer para la salud propia y de los demás el «bajar la guardia».
«La movilidad hace más fácil la propagación del virus», insistió Spahn, quien lanzó un mensaje con un propósito de advertencia no solo para los turistas germanos en Mallorca, sino en general para todos los que se desplacen fuera de su país este verano.