Una jueza de Washington ha ordenado suspender la que iba a ser la primera ejecución federal llevada a cabo en Estados Unidos en 17 años por considerar que los nuevos protocolos podrían suponer tratos crueles.
La jueza Tanya Chutkan ha fallado así a favor de cuatro condenados a muerte que desafiaron en los tribunales los nuevos protocolos de ejecución presentados por la Administración de Donald Trump el pasado verano.
Chutkan ha coincidido con los demandantes en que los nuevos protocolos podrían suponer una violación de la Octava Enmienda de la Constitución, que prohíbe expresamente las «penas crueles», debido a que la droga utilizada ahora para las ejecuciones de presos «produce sensación de ahogamiento y asfixia» provocando «dolor excesivo, terror y pánico».
La resolución judicial llega horas antes de que se retomen las ejecuciones federales, la última de las cuales se llevó a cabo en 2003. Chutkan se ha mostrado consciente de la premura del fallo, pero ha culpado de ello al Gobierno de Trump por acelerar el calendario sabiendo que hay litigios pendientes sobre los nuevos protocolos.
«La naturaleza de último minuto de este fallo es desafortunada (...) pero es resultado de la decisión del Gobierno de acortar los plazos de ejecución a pesar de que hay muchos casos, incluidos los aquí presentados, aún pendientes», ha dicho, de acuerdo con 'The Hill'.
La resolución de este lunes es la segunda que Chutkan emite sobre dichos protocolos. El pasado mes de noviembre, falló en el mismo sentido pero fue su decisión fue revertida en apelación y el Tribunal Supremo se negó a conocer el caso.
El Departamento de Justicia ya ha anunciado que apelará también el fallo de este lunes. La jueza opina que hay cuestiones legales que los tribunales superiores no tuvieron en cuenta con la decisión anterior.