Las autoridades de Bournemouth, una popular ciudad costera del sur de Inglaterra, comunicaron el jueves un «incidente importante» por el comportamiento irresponsable de multitudes que habían ignorado las orientaciones de salud pública sobre el coronavirus y saturaron gravemente los servicios locales.
La declaración se produce después de que llegaran turistas en gran número en un momento de elevadas temperaturas, provocando atascos en las carreteras, acampadas nocturnas ilegales, residuos excesivos, comportamiento antisocial y peleas motivadas por el alcohol.
«Estamos absolutamente consternados por las escenas presenciadas en nuestras playas, en particular en Bournemouth y Sandbanks, en las últimas 24-48 horas», dijo la dirigente de la junta de Bournemouth, Christchurch y Poole, Vikki Slade, en un comunicado.
«El comportamiento y las acciones irresponsables de tanta gente es sencillamente impactante y nuestros servicios están al límite tratando de mantener a todo el mundo a salvo».
Reino Unido impuso medidas de distanciamiento social desde marzo para frenar la propagación del nuevo coronavirus, aunque las normas se van a relajar significativamente a partir del 4 de julio.
Con los pubs todavía cerrados, mucha gente se ha dirigido a los parques y playas para encontrarse con amigos y beber alcohol, en algunos casos ignorando el consejo de mantenerse a 2 metros de distancia.
En Bournemouth, algunas carreteras se vieron obstruidas por estacionamientos ilegales, empleados de los servicios de basura se vieron acosados al tratar de vaciar los contenedores desbordados y 33 toneladas de residuos tuvieron que ser retirados del tramo de costa en la ciudad y sus alrededores el jueves por la mañana.
La respuesta de emergencia incluirá patrullas policiales adicionales, seguridad para proteger a los empleados de los servicios de recogida de basuras, medidas adicionales de estacionamiento, desalojos de campistas no autorizados y señalización en las carreteras de acceso para advertir a la gente que no se acerque.
«Aconsejamos encarecidamente a los ciudadanos que se lo piensen dos veces antes de dirigirse a la zona», dijo Sam de Reya, de la policía local. «Es evidente que seguimos en una crisis de salud pública y un volumen tan importante de personas que se dirigen a una zona supone una carga adicional para los recursos de los servicios de emergencia».