Grupos de manifestantes antirracistas están derribando y provocando daños a las estatuas de Cristóbal Colón y de líderes confederados en varias ciudades de Estados Unidos, en el marco de un aumento de la presión a favor de la retirada de monumentos relacionados con la esclavitud y el colonialismo.
En la ciudad de Richmond, en el estado de Virginia, los manifestantes derribaron una estatua del presidente confederado Jefferson Davis justo un día después de que un monumento de Cristóbal Colón fuera derribado, incendiado y arrojado a un lago de la localidad.
A lo largo de esta última jornada, varias estatuas del explorador han sido vandalizadas y destruidas en las ciudades de Boston y Miami, entre otras, a raíz de la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la Policía de Mineápolis.
En Boston, concretamente, una estatua de Colón –una figura polémica en Estados Unidos, especialmente entre los nativos americanos–, apareció decapitada.
En Nueva York, la policía vigilaba la estatua de bronce de Colón en Central Park para evitar que fuera vandalizada o destruida.
Otros ataques
Los monumentos de personajes confederados relevantes, que lucharon durante la Guerra de Secesión entre 1861 y 1865 a favor de mantener la esclavitud, también se encuentran entre las principales estatuas atacadas por los manifestantes.
Durante los disturbios registrados recientemente, un gran número de estas estatuas, muchas de ellas situadas en la Avenida del Monumento de Richmond, de Boston, han sido dañadas y marcadas con graffiti, entre ellas la del general confederado Robert E. Lee.
El gobernador del estado de Virginia, Ralph Northam, indicó la semana pasada que ha pedido al Departamento de Servicios Generales retirar «lo antes posible» una de las estatuas del citado general.
La permanencia de las estatuas de generales y soldados del bando confederado han sido objeto de intensos debates en Estados Unidos.