El papa Francisco ha anunciado este domingo que el resfriado que padece lo ha obligado por primera vez en su pontificado a ausentarse de un retiro espiritual de Cuaresma con altos funcionarios del Vaticano que se realiza cerca de Roma. El intempestivo anuncio marca el primer susto sobre la salud del Pontífice de 83 años desde su elección en 2013.
A última hora de la noche del sábado, el Vaticano dijo que el Papa participaría en el retiro, lo que indica que la decisión de que no asista se tomó a último momento. El retiro debía comenzar el domingo por la tarde.
El Papa hizo el anuncio ante miles de personas en la Plaza de San Pedro durante su primera aparición pública desde el miércoles pasado, cuando fue visto tosiendo y estornudando.
«Desafortunadamente, un resfriado me obligará a no participar este año (en el retiro). Seguiré con las meditaciones desde aquí», ha dicho Francisco. Francisco ha tosido varias veces durante su breve discurso del domingo y parecía que tenía la nariz constipada. A Francisco le falta una parte de un pulmón, que le extirparon cuando tenía poco más de 20 años en su Buenos Aires natal debido a una enfermedad.
El Vaticano solo había dicho anteriormente que Francisco sufría una «ligera indisposición» que lo obligó a cancelar la mayoría de las audiencias en los últimos tres días. «Me uniré espiritualmente con los (participantes del retiro) y con todas las personas que viven momentos de oración. Haré los ejercicios espirituales desde casa», ha sostenido.
El respetado sitio web Il Sismografo, que sigue los asuntos de la Iglesia, ha señalado que esta es la primera vez desde 1950 que un Papa se pierde un retiro de Cuaresma. El hogar del Papa es Santa Marta, la casa de huéspedes del Vaticano donde el líder religioso vive en habitaciones simples después de optar no usar los cómodos departamentos papales del Palacio Apostólico.
El Papa se encuentra enfermo en un momento en que Italia lucha contra un brote creciente de coronavirus, una enfermedad respiratoria potencialmente mortal. Italia ha registrado más de 1.100 casos confirmados de coronavirus desde el 20 de febrero y al menos 29 muertes, convirtiéndose en el país con más contagios en Europa.