El Gobierno francés anunció este sábado que ha decidido prohibir los eventos con más de 5.000 personas en un recinto cerrado y algunos grandes actos en el exterior como medida de precaución ante el avance del coronavirus, del que ya se han registrado 73 casos en Francia, 16 más que este viernes.
Además, todos los actos colectivos en las principales zonas afectadas, como la región de Oise, en el norte, han sido cancelados, indicó el ministro francés de Sanidad, Olivier Véran, en una conferencia de prensa.
Algunas convocatorias anuladas este sábado fueron el salón inmobiliario MIPIM de Cannes, previsto del 10 al 13 de marzo y aplazado a junio, la media maratón de París, que iba a celebrarse este domingo, o el Carnaval veneciano de Annecy, que iba a tener lugar del 6 al 8 de marzo.
Los grandes actos en el exterior que están en el punto de mira son aquellos que puedan reunir a gente procedente de zonas afectadas, como en el caso de la carrera parisina de mañana, y se analizará cada situación de forma individual.
El Ejecutivo no contempla anular el partido de fútbol entre el Olympique Lyonnais y el Saint-Étienne de este domingo porque no implica a equipos procedentes de zonas de riesgo.
Los dos principales focos de coronavirus en Francia se localizan en Oise y en la Alta Saboya (este). En cinco municipios del primero y en uno del segundo los centros escolares no abrirán sus puertas este lunes.
Francia se encuentra actualmente en la fase de actuación dos de un total de tres frente a una epidemia, en la que las autoridades están centradas en contener la expansión del virus en el territorio. En la primera, el objetivo era impedir su entrada en el país.
El ministro invitó a no viajar a los países o regiones afectadas dentro y fuera de la Unión Europea y apuntó que quien vuelva de esas zonas debe seguir las pautas de precaución establecidas, como limitar los contactos sociales o tomarse la temperatura dos veces al día para detectar posibles síntomas.
De los 73 casos confirmados desde finales de enero en Francia, ha habido dos muertos, doce se han curado y otros 59 siguen hospitalizados.
El arzobispo de la capital, Michel Aupetit, ha pedido a sus párrocos que den la hostia consagrada en las manos y no en la boca, no ofrezcan comulgar bebiendo del cáliz, vacíen las pilas de agua bendita y propongan a los fieles no darse la mano en el momento de la paz.