El Tribunal Penal de El Cairo ha sentenciado este sábado al líder de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badía, y a otros nueve acusados a cadena perpetua, en la repetición del juicio de un caso que se remonta a 2011, cuando los islamistas se fugaron de una cárcel durante la revolución egipcia.
Una fuente judicial informó a Efe de que Badía y otros nueve líderes de la Hermandad, incluidos Esam al Arian, Mohamed Saad al Katatni (expresidente del Parlamento egipcio) y Mohamed Beltagui, fueron sentenciados a cadena perpetua.
Según la agencia de noticias estatal MENA, otros ocho acusados en el mismo caso fueron condenados a quince años de prisión y nueve fueron declarados inocentes.
Además, fueron anulados los cargos contra el expresidente egipcio Mohamed Mursi, quien estaba siendo procesado en el mismo caso y que falleció el pasado 17 de junio a los 67 años durante la sesión de uno de los varios juicios abiertos contra él desde su derrocamiento en 2013.
El veredicto de este sábado se produce después de que en noviembre de 2016 el Tribunal de Casación egipcio anulara las sentencias contra más de veinte cabecillas de la Cofradía, incluida la condena a muerte para algunos de ellos, y ordenó que se repitiera el juicio por el caso conocido como «irrupción por las fronteras occidentales» de Egipto.
En el caso también están incluidos algunos miembros del movimiento palestino Hamás, aliado de los Hermanos Musulmanes, y del grupo chií libanés Hizbulá, que supuestamente aprovecharon el caos de la revuelta de 2011 para infiltrarse en Egipto y colaborar con la Hermandad en contra del Estado.
El 28 de enero de 2011, los líderes islamistas consiguieron escapar de la cárcel de Wadi al Natrun, en el delta del Nilo, donde habían sido encerrados para que no participaran ni movilizaran a sus seguidores durante las protestas contra el dictador Hosni Mubarak.
El que sería su sucesor en el cargo, Mursi, también escapó de prisión y un año y medio después, en junio de 2012, se convirtió en el primer presidente elegido democráticamente en Egipto, hasta que fue apartado del poder el 3 de julio de 2013 por el actual mandatario, Abdelfatah al Sisi.
Las autoridades egipcias han perseguido a los dirigentes, miembros y simpatizantes de la Hermandad desde el golpe de Estado de 2013 y centenares de ellos han sido condenados a duras condenas, incluida la pena de muerte.