El alcance de las actividades de tráfico sexual que el magnate Jeffrey Epstein presuntamente realizaba en Nueva York, donde tenía como blanco a escuelas de danza, han salido a la luz pública con las demandas contra su patrimonio, después de que se ahorcara en una cárcel federal en esta ciudad, señala este martes el New York Times.
En las demandas se alega que aunque Epstein atraía a adolescentes para involucrarlas en sus actividades de explotación sexual en Florida, también usaba una red de reclutadores vinculados a los estudios neoyorquinos de danza para conseguir jóvenes artistas para que participaran en un esquema similar, señala el Times.
Incluso indica que los 13 meses que el financiero pasó en prisión en Florida por abuso de menores, entre 2008 y el 2009, no le hicieron desistir.
Agrega, citando documentos judiciales, que mientras estuvo detenido hizo arreglos para que dos mujeres que había reclutado en Nueva York fueran trasladadas a Florida, donde las presionó para tener relaciones sexuales mientras estaba en libertad condicional.
Destaca que, sin embargo, estas actividades no fueron detectadas por la policía.
Epstein, que había sido arrestado en julio, estaba acusado de crear una red de tráfico sexual de menores hace una década en sus mansiones de Nueva York y Florida, y se había declarado inocente de los cargos.
El 10 de agosto fue hallado muerto en su celda en una cárcel federal en Manhattan donde esperaba por el inicio de su juicio y de acuerdo con la Oficina del Médico Forense de Nueva york, se ahorcó.
Igualmente, de acuerdo con el artículo El coto de caza de Epstein en Nueva York: las academias de danza, su red de reclutadores fue mencionada en las demandas presentadas a principios de este mes en la corte federal para el distrito sur en Manhattan por dos mujeres que afirman haber sido explotadas sexualmente por el magnate, y en entrevistas con dos bailarinas que estuvieron relacionadas con él en Nueva York.
Las presuntas víctimas alegan que Epstein aprovechó el aislamiento del mundo de la danza, donde las bailarinas confían en sus colegas para conseguir oportunidades de trabajo y confían en que esos consejos son genuinos.
El diario cita a varias demandantes, entre ellas a una identificada sólo como Liza en el documento legal, que asegura fue reclutada en el 2002, cuando tenía 17 años, por una compañera de clases de ballet que le preguntó si quería darle clases privadas de ejercicio a un hombre rico llamado Jeffrey Epstein, lo que aceptó porque era una oportunidad de ganar dinero.
Sin embargo, pocos días después, cuando llegó a la mansión de Epstein en Manhattan, -valorada en 56 millones de dólares- descubrió que éste no estaba interesado en un entrenamiento de baile.
El diario explica, siempre citando el documento legal, que en su tercera visita, Epstein pidió un masaje a Lisa, durante el cual la agredió con un juguete sexual y se masturbó. La demandante alega además que él le dio a entender que si no accedía, su carrera se acabaría.
De acuerdo con el diario neoyorquino las acciones legales vinculan al patrimonio de Epstein y ocho compañías que, según los demandantes, ayudaron al financiero en su trata sexual, incluso sirviendo como frentes para contratar mujeres jóvenes y pagar a los asociados que lo ayudaron.
Destaca que los abogados de Epstein se han negado a comentar las acusaciones y que han dicho en la corte que nadie le ha acusado de abusar de niñas menores de edad desde su condena en 2008 en Florida.