La Policía de Indonesia ha prohibido las manifestaciones en las provincias de Papúa y Papúa Occidental, en el extremo oriental del archipiélago, tras más de dos semanas de protestas que reclaman la independencia de la región.
En una serie de ordenanzas publicadas la noche del domingo, las autoridades citan razones de «seguridad y orden público» para impedir la organización de «actos anarquistas» y tras la detención el domingo de 64 personas, entre ellos 28 sospechosos de causar incidentes violentos durante las manifestaciones.
«Todo el mundo tiene prohibido participar en manifestaciones o transmitir en público sus opiniones que puedan conllevar a actos anarquistas, daños o la quema de instalaciones públicas», apunta la Policía de Papúa en su cuenta de Twitter en uno de sus seis puntos publicados.
Suryadi Diaz, portavoz de la policía en Papúa, aseguró a Efe que la situación este lunes permanece en calma y calificó de «falsas» algunas noticias de medios locales y vídeos en las redes sociales sobre un posible ataque de milicias proindonesia contra un dormitorio estudiantil en Jarapura, capital provincial.
«Estamos preparados para declarar la guerra si (la violencia) continúa», advierte en un vídeo publicado el sábado Sebby Sambom, portavoz del grupo armado Ejército de Liberación Nacional de Papúa Occidental, quien acusa a las autoridades de actuar junto a milicias en el asesinato de papuanos y pide a Naciones Unidas que medie ante la situación de emergencia.
La última ola de agitación civil en Papúa y Papúa Occidental comenzó a mediados de agosto tras el arresto en la isla de Java de 43 universitarios independentistas papuanos, que recibieron insultos racistas por parte de nacionalistas indonesios por presuntamente profanar la bandera indonesia.
Según las cifras oficiales al menos dos manifestantes y seis miembros de las autoridades han muerto en enfrentamientos durante las marchas, que generalmente han transcurrido de manera pacífica, mientras que los datos extraoficiales de activistas papuanos apuntan que el número de víctimas mortales sería mayor.
El pasado viernes centenares de manifestantes en favor de la independencia tomaron la sede del gobernador de la provincia de Papúa, para después ser evacuados sin violencia.
Las dos provincias son escenario desde hace décadas de un conflicto armado secesionista de baja intensidad y Amnistía Internacional ha denunciado la impunidad de las Fuerzas Armadas en casos de asesinato así como la restricción de acceso a periodistas y académicos extranjeros.
La región de la Papúa indonesia ocupa la mitad occidental de la isla de Nueva Guinea, un territorio rico en recursos naturales y donde el movimiento independentista cobró fuerza a partir de 1963, cuando Holanda se retiró de Nueva Guinea, su última posesión en el archipiélago.
La otra mitad de Nueva Guinea la integra el Estado independiente de la República de Papúa Nueva Guinea.