Los aliados latinoamericanos del presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, han respaldado el llamamiento a la movilización militar y social que ha lanzado este martes y, como él, han apelado a las Fuerzas Armadas como factor de cambio para poner fin al régimen de Nicolás Maduro.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha declarado que su Gobierno «se solidariza con el sufrido pueblo venezolano, esclavizado por un dictador». «Apoyamos la libertad de esta nación hermana para que finalmente viva una verdadera democracia», ha apuntado en Twitter.
También el presidente de Chile, Sebastián Piñera, se ha referido al régimen de Maduro como una «dictadura» y ha dicho que «debe terminar por la fuerza pacífica y dentro de la Constitución». Piñera ha dado su «total apoyo al presidente Guaidó y a la democracia».
Por su parte, el presidente de Colombia, Iván Duque, ha hecho un llamamiento a los militares y ciudadanos venezolanos a ponerse «del lado correcto de la historia, rechazando dictadura y usurpación de Maduro». Así, les ha animado a que se sumen a la «búsqueda de libertad, democracia y reconstrucción institucional» junto a Guaidó.
En apoyo a Guaidó también ha salido el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, que ve en el liderazgo del dirigente antichavista «una salida democrática pacífica y venezolana a la crisis humanitaria que afecta al hermano país». Panamá, ha añadido, «respalda de manera decidida los esfuerzos legítimos por el restablecimiento de la democracia».
El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, ha llamado igualmente a la movilización desde su cuenta en Twitter: «¡Valiente pueblo de Venezuela! !Llegó tu hora!».
El ministro de Exteriores argentino, Jorge Faurie, ha trasladado el apoyo de Buenos Aires al «espíritu de libertad» lanzado por Guaidó «para que vuelva a imperar la democracia en la hermana Venezuela», mientras que la diplomacia peruana ha insistido en que «el régimen usurpador y dictatorial de Maduro debe llegar a su fin».
Los países que se oponen a Maduro, aglutinados en el Grupo de Lima, ya han iniciado los contactos con vistas a convocar una reunión de emergencia para analizar los últimos acontecimientos. El ministro de Exteriores chileno, Roberto Ampuero, ha confirmado un «estrecho contacto» para estudiar cual es «la mejor fecha» para dicho encuentro.
Otro bloque crítico con Maduro ha sido la Organización de Estados Americanos (OEA), que se ha pronunciado por boca de su secretario general, Luis Almagro. «Saludamos adhesión de militares a la Constitución y al Presidente encargado de Venezuela», ha escrito Almagro en Twitter, desde donde ha llamado a un «proceso de transición democrática de forma pacífica».
ALIADOS DE MADURO
En el lado contrario se sitúan los países aliados de Maduro, aglutinados en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Para estos países, se trata de un «intento de golpe de Estado auspiciado y propiciado por fuerzas políticas radicales de la derecha venezolana en complicidad con los enemigos históricos de la independencia y soberanía» de la región.
«Condenamos enérgicamente el intento de golpe de Estado en Venezuela, por parte de la derecha que es sumisa a intereses extranjeros», ha escrito el presidentre de Bolivia, Evo Morales en su cuenta de Twitter, desde donde ha señalado como responsable último a Estados Unidos.
Morales ha abogado por «impedir que la violencia cobre vidas de inocentes» y ha advertido de que «sería un nefasto antecedente dejar que la intromisión golpista se instale en la región». «El diálogo y la paz deben imponerse sobre el golpe», ha apostillado.
Por su parte, el mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, ha asegurado que «los traidores que se han colocado al frente de este movimiento subversivo han empleado tropas y policías con armas de guerra en una vía pública de la ciudad para crear zozobra y terror».
MÉXICO PIDE DIÁLOGO
En un término medio entre los dos bandos se sitúa el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que ha apelado al «diálogo» y a la no violencia al referirse a la actual escalada de tensiones políticas y sociales en Venezuela, si bien ha reiterado que su posición pasa por no intervenir en cuestiones de otros países.
Así, en aras de la «no intervención y autodeterminación de los pueblos», López Obrador ha señalado que es partidario de la «solución pacífica» en el caso de «conflictos», tanto en Venezuela como en otros contextos. «Deseamos que haya diálogo, que se respeten los Derechos Humanos, que no se apueste a la violencia en todos los países del mundo», ha declarado.
López Obrador ya intentó sin éxito lanzar un proceso de diálogo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana. Ahora, el Ejecutivo mexicano ha iniciado una ronda de «consultas» con los otros 16 países que integran el denominado Mecanismo de Montevideo con el objetivo de encontrar una «ruta común», según un comunicado del Ministerio de Exteriores.