Un hombre que asegura ser víctima de abusos sexuales por parte del cardenal australiano George Pell, condenado por abusar de dos menores, demandó al prelado y la iglesia católica por los presuntos daños causados.
El abogado de la firma Arnold Thomas & Becker que representa a la víctima, quien no puede ser identificada por motivos legales, interpuso la demanda civil ante el Tribunal Supremo de Victoria por el presunto delito cometido en la década de 1970, publica el diario 'The Age'.
La supuesta víctima iba a dar su testimonio en un caso criminal contra Pell, conocido como el «juicio de los nadadores», pero este fue sobreseído la semana pasada por problemas -que no fueron precisados- con las evidencias.
El hombre, que estaba bajo la custodia del estado en el Hogar para Niños de St Joseph, en la ciudad de Ballarat, cuando ocurrió el supuesto incidente, quiere indemnizaciones por daños psiquiátricos, la pérdida de salarios y gastos médicos, agregó la fuente.
«Requirió mucho coraje e introspección el contar mi historia y acusar a uno de los más altos jerarcas católicos del mundo de graves ofensas criminales, y estaba listo para ese día en la corte», dijo el demandante en una declaración ante el tribunal.
«Cuando me dijeron que se retiró el caso, me sentí vació y que había ocurrido una injusticia», recalcó el demandante, que asegura que Pell «tomó ventaja de su posición de poder».
El abogado Lee Flanagan busca las declaraciones de tres personas que hicieron acusaciones similares contra Pell como parte de la demanda y de cara al proceso civil que se espera comience en 2020.
El caso de la piscina de Ballarat, el pueblo natal de Pell, es uno de los dos procesos que afrontaba el prelado de 77 años desde el año pasado bajo una fuerte restricción legal que impedía divulgar sus detalles.
Pero el sobreseimiento decretado el 26 de febrero sobre el caso más antiguo permitió que se conociera que Pell fue declarado culpable por cinco delitos de abuso sexual a menores, uno de ellos por penetración oral, contra dos niños de 13 años en la catedral de St. Patrick's, en la ciudad de Melbourne, en 1996.
Los representantes legales de Pell, el representante más alto de la iglesia católica que es hallado culpable de pederastia, han asegurado que apelarán la sentencia de culpabilidad. El cardenal podría ser condenado a un máximo de diez años de cárcel por cada delito, en una decisión que se conocerá el 13 de marzo.
Tras conocerse el veredicto, el Vaticano anunció que Pell ya no ocupa el cargo de prefecto de Economía -considerado número 3 de la Santa Sede- y que tiene prohibido el ejercicio público del ministerio sacerdotal y el contacto, en cualquier modo y forma, con menores de edad.