Los soldados españoles que el pasado domingo frustraron un atentado terrorista contra el centro de entrenamiento de Koulikoro, en Malí, donde se encuentra el grueso del contingente español, han relatado este jueves su experiencia a la ministra de Defensa, Margarita Robles, por videoconferencia.
«Fue todo muy rápido, vi el vehículo frente a la puerta y respondí», ha resumido el soldado Richard, que estaba de guardia en la entrada principal del recinto y cuya actuación, junto a la de un compañero, impidió que el primer vehículo atacante «reventara» la puerta principal con los 500 kilos de explosivo con los que iba cargado y dejara el paso abierto a la segunda 'pick up' --con la misma carga explosiva-- con la que los terroristas querían entrar en el centro acompañados de fusilería para causar una masacre.
Cerca de 300 militares españoles se encuentran desplazados en Malí desde el año 2013 para ayudar a la estabilización del país, sumido en la inestabilidad como consecuencia de un golpe de estado militar, la entrada de grupos terroristas y diferentes luchas étnicas. La mayor parte del contingente está ubicado en el centro de Koulikoro atacado este domingo, dedicado a labores de adiestramiento del ejército maliense.
Aunque la inseguridad está centrada en el norte y este del país, de gran extensión, durante los últimos meses ha avanzado hacia regiones del centro y el sur acercándose a la capital, Bamako, y a la zona de acción de las tropas españolas.
El teniente coronel José María Leira, al frente del contingente en Koulikoro, ha detallado que su misión se desarrolla «con aparente tranquilidad» pero siempre deben estar preparados para responder a ataques como el acaecido este domingo. «Aunque no se espera un empeoramiento de la situación, estamos preparados», ha garantizado.
En este sentido, el comandante del Mando de Operaciones, el general Fernando López del Pozo, ha coincidido en que en Malí hay un conflicto «volátil» que puede extenderse por cualquier parte del territorio. «Existen muchísimos defectos de seguridad en el país y es muy fácil que un vehículo pueda ir cargado con kilos de explosivos», ha resumido el teniente coronel Leira.
REFUERZO DE LA SEGURIDAD
En cualquier caso, las Fuerzas Armadas están ya trabajando en un refuerzo de las medidas de seguridad en el centro de Koulikoro. La actuación en este sentido del anterior contingente ya ayudó a evitar daños mayores este domingo, ya que habían clausurado una de las puertas secundarias de acceso, la primera que fue atacada por los terroristas.
«La puerta estaba clausurada desde septiembre de 2018 pero parece que los atacantes no lo tenían controlado», ha celebrado el jefe del contingente sobre los primeros disparos efectuados por los terroristas en esa entrada.
Esos primeros disparos pusieron en alerta a las fuerzas de protección españolas, que comprobaron que no eran ejercicios del ejército maliense y procedieron a avisar a sus compañeros del ataque con los dos vehículos que ya se dirigían a la puerta principal.
Los protagonistas del lance han participado en la videoconferencia, pero solo mediante audio y no se ha facilitado ni su imagen ni sus nombres completos para garantizar su seguridad. Se trata del teniente David, el sargento John y los soldados David y Richard; dos de ellos oriundos de Colombia, uno de Madrid y el cuarto de Galicia.
El soldado Richard ha explicado cómo, nada más ser informado por radio de los disparos en la puerta secundaria, escuchó acercarse el peligro a la puerta principal. Entonces emplazó a los soldados malienses junto a los que hacía guardia de que se replegaran. E inmediatamente apareció el primer vehículo dispuesto a explotar en la entrada para dejar el paso abierto al segundo.
Según ha relatado, la primera 'pick up' tuvo un momento de duda tras el que impactó contra la reja de entrada, lo que hizo que los soldados españoles abatieran a su conductor. El vehículo quedó así bloqueando el acceso al segundo vehículo, que finalmente optó por explotar su carga fuera del reciento al no poder acceder a él.
NO SE DESCARTAN MÁS VÍCTIMAS
La fuerte deflagración provocó numerosos daños materiales en las instalaciones próximas a la entrada. En cuanto a los daños personales, resultados heridos tres soldados malienses y se encontraron tres cadáveres, dos de los terroristas y un tercero sin identificar. El teniente coronel Leira ha explicado que no se descarta que hubiera más víctimas mortales como consecuencia de la explosión debido a que la zona es muy llana a orillas del río Niger.
Pese al ataque, las Fuerzas Armadas españolas han retomado ya sus labores cotidianas de entrenamiento. «La idea es cuanto antes volver a empezar a trabajar y ayudar a los soldados malienses a que puedan valerse por sí mismos», ha insistido el teniente coronel.
La ministra les ha traslado el agradecimiento de todo el Gobierno y las Cortes Generales y ha tenido un recuerdo para las familias de los militares desplazados en operaciones internacionales. «Muchas veces son las que peor lo pasan», ha reconocido.
Robles ha destacado que, en el momento del ataque, los militares «no pensaron en ellos» sino que centraron su labor en «repeler la agresión y salvar la vida de los miembros del contingente», contribuyendo con su labor a garantizar la paz y seguridad de los españoles.
«Queremos transmitir muchísima tranquilidad. Toda nuestra gente está muy bien y preparada para que no ocurra nada», ha subrayado el jefe del contingente, formado por la Brigada Galicia VII, que además ha destacado la «excelente formación previa» que hizo posible la rápida respuesta al ataque.
OBRA DEL GRUPO TERRORISTA JNIM
En cuanto a los terroristas, el comandante del Mando de Operaciones ha detallado que sus servicios de inteligencia señalan a la coalición terrorista Jama'at Nasr al-Islam wal Muslimin (JNIM), organización yihadista que opera en la zona del Sahel.
Se trata de una de las «marcas» de Al-Qaeda «más preponderantes» en Malí, según ha explicado el general López del Pozo, y concentra sus actividades en el norte y este del país aunque «desde hace tiempo» intenta acercarse a Koulikoro.