En las últimas horas se ha viralizado la acción directa de una feminista rusa, reivindicada por la modelo Anna Dovgalyuk, quien aparentemente se tomó la justicia por su mano y echó lejía en la entrepierna de numerosos hombres que viajaban en el metro de la ciudad rusa de San Petersburgo, poniendo en práctica lo que se conoce como manspreading.
Tal y como ya informó en su día Ultima Hora, este término anglosajón en boga en los últimos tiempos designa el despatarre de algunos hombres, usuarios de los servicios públicos de transporte, que aposentan sus traseros en los asientos de dichos medios y tienden a abrir exageradamente sus piernas, con la consecuente invasión del espacio vital de otras personas.
Para algunos sectores esta práctica cotidiana es una suerte de «agresión de género y falta de respeto directo a las mujeres» que uno tiene al lado, según especifica el vídeo publicado al efecto, promocionado por la modelo, activista e influencer, que en pocas horas acumula miles de visitas en las redes sociales.
«Este acto asqueroso contra el que se lucha alrededor del mundo es silenciado entre nosotras. Los hombres que demuestran ser machos alfa en el metro rodeados de mujeres y niños merecen desprecio», expresa a cámara Dovgalyuk, Miss Federación 2017 y estudiante de Derecho.
«Si públicamente quieres demostrar la clase de macho que eres, nosotras públicamente te refrescaremos», dice la modelo, dando paso a las imágenes en las que se ve a otra joven echando una mezcla de agua y lejía encima de los hombres, más de cincuenta, en una iniciativa que no acaba aquí, pues prometen extenderla por otras capitales del país.
No obstante, hay quien desconfía de toda esta parafernalia y manifiesta abiertamente que es una actitud impostada y forzada; una especie de montaje de Dovgalyuk para ganarse popularidad a nivel global, algo que no resulta del todo descabellado, atendiendo al hecho de que la joven ha sumado en poco tiempo varios miles de seguidores.