La Policía sueca detuvo a dos jóvenes como sospechosos de incendiar la pasada noche un centenar de vehículos en varios puntos del país, la mayor parte en el área de Goteborg (suroeste), y de los posteriores disturbios.
Las autoridades buscan además a otro adolescente por los incendios, que afectaron también a Estocolmo y Uppsala, al norte de la capital, y en los que no hubo heridos.
En Trollhättan, cerca de Goteborg, la segunda ciudad del país, varios jóvenes lanzaron piedras contra la policía, según vídeos difundidos por varios digitales suecos.
Las autoridades suecas creen que las acciones están relacionadas y que pudieron ser organizadas a través de las redes sociales.
El incendio de los coches, un fenómeno que ya ha afectado a varias localidades suecas en años anteriores, ha provocado duras reacciones políticas en un país que celebra en menos de un mes elecciones legislativas, los comicios más inciertos en décadas.
«Me pone realmente furioso todo esto. La sociedad va a reaccionar con dureza. Parece algo bien coordinado, casi como una operación militar», dijo hoy a la emisora pública Radio de Suecia el primer ministro, el socialdemócrata Stefan Löfven.
El líder de la oposición, el conservador Ulf Kristersson, alertó en rueda de prensa de la existencia de un patrón «muy preocupante», en el que «gamberros aterrorizan a personas sin saber muy bien con qué propósito, pero es terrible».