El ministro de Asuntos Exteriores alemán, el socialdemócrata Heiko Maas, ha apostado por repartir a los inmigrantes que llegan a las costas españolas, italianas o griegas entre los países europeos que estén dispuestos a aceptarlos y que quienes no quieran participar en esa estrategia conjunta asuman responsabilidades en otros ámbitos.
En vísperas de que la canciller alemana, Angela Merkel viaje a España para debatir con Pedro Sánchez los grandes temas de la agenda europea, entre ellos las migraciones, Maas ha subrayado que es imposible pretender que «los rescatados en el Mediterráneo son refugiados españoles o italianos», porque eso «no funcionará en el largo plazo».
De ahí su apuesta por distribuir a los que llegan a las costas europeas «entre los países de la UE estén preparados para acogerlos». «No podemos dejar en la estacada a los países de llegada, como Italia o España, necesitan nuestro apoyo», ha remachado, en una entrevista en el diario alemán 'Rhein-Neckar-Zeitung'.
El ministro alemán ha apostado por la solidaridad, pero también advierte de que hay que conseguir que la política migratoria no divida a Europa. Por eso, plantea que los países que no quieran participar en una estrategia conjunta «asuman más responsabilidad en otras áreas, por ejemplo aportando financiación para combatir las causas profundas de los movimientos migratorios o de refugiados o en otros asuntos europeos».
Para Maas, eso sería más sensato que «poner constantemente el foco en el hecho de que Europa no habla con una sola voz en el asunto de los refugiados». A su juicio, «no tiene sentido obligar a todos los socios europeos a asumir las mismas responsabilidades cuando tienen puntos de vista fundamentalmente diferentes en un asunto», si bien cree que «la mayoría de Estados europeos estarán dispuestos a diseñar una estrategia conjunta».
LAS MAFIAS «EXPLOTAN» EL DERECHO DEL MAR
Eso sí, Maas acusa a las mafias que trafican con personas de «explotar» el Derecho marítimo y los principios del Derecho Internacional, que está pensado para «situaciones excepcionales» como emergencias en alta mar, poniendo en riesgo la vida de miles de personas a las que envían por mar con la expectativa de que sean rescatados.
Eso, ha dicho, ha causado la muerte de unas 1.500 personas en el Mediterráneo en los últimos meses. «Es inaceptable», ha dicho, reconociendo que salvar vidas es una responsabilidad humanitaria».