Al menos siete personas han muerto y otras 30 han resultado heridas este domingo en acciones de paramilitares y efectivos de la Policía en las localidades de Diriamba, Dolores y Jinotepe, al sur de Managua, en el marco de las protestas contra el Gobierno del presidente, Daniel Ortega.
La Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), el Movimiento 29 de Abril y los Autoconvocados han informado de que los enfrentamientos han dejado a al menos siete personas muertas, mientras la Policía Nacional ha anunciado que dos de sus agentes también han perdido la vida, según ha recogido el diario local 'El Nuevo Diario'.
El arzobispo de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes, ha llamado a Ortega, a la vicepresidenta del país, Rosario Murillo, y al subdirector de la Policía Nacional, Francisco Díaz, a ordenar la suspensión del ataque.
«Hago un llamado al presidente Daniel, doña Rosario, al comisionado general Francisco Díaz, que por favor, en el nombre de Dios, detengan esa acción que va a llevar más dolor, más tristeza y quieran o no, esta situación la cargan sobre sus hombros», ha manifestado Brenes.
Los agentes se disponían a desmontar las barricadas levantadas por los activistas de la oposición, lo que derivó en un enfrentamiento.
Los policías emplearon palas mecánicas y volquetes para despejar las calles de barricadas tanto en Diriamba como en Jinotee, donde individuos encapuchados y armados irrumpieron en la localidad y tomaron varios centros de atención sanitaria para, según la oposición, impedir que se atienda a los opositores.
Mientras, el presidente Daniel Ortega ha comparecido este domingo para expresar su rechazo a una convocatoria de elecciones anticipadas que pide la oposición.
«Ya habrá tiempo, tal como manda la ley, habrá tiempo para elecciones. Todo tiene su tiempo», ha afirmado Ortega durante una manifestación en la avenida Bolívar de Managua.
La Conferencia Episcopal de Nicaragua, mediadora en el conflicto; el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, organizaciones de la sociedad y empresarios han pedido el adelanto de los comicios para cerrar la crisis política.
Sin embargo, Ortega ha acusado de nuevo a los movilizados de «golpistas": «si los golpistas quieren ser presidentes, que busquen el voto del pueblo, como lo manda la ley».
«El pueblo va a seguir luchando por la paz», para que «desaparezcan de todo Nicaragua esos lugares donde se vienen cometiendo crímenes todos los días», en referencia velada a los cortes de carreteras.
Además ha criticado a los obispos: «Cristo nunca dijo mata a tu hermano. Cristo dijo ama a tu hermano. Y eso es lo que deben de practicar los nicaragüenses. Todos sin excepción, incluso aquellos que lanzan maldiciones y nos sentencian a muerte en nombre de instituciones religiosas», ha argumentado Ortega.
Poco después, el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, ha respondido en Twitter que «si Daniel Ortega está pensando en la Iglesia católica cuando se refiere a 'instituciones religiosas', ya debería tener claro que la Iglesia católica no tiene miedo, que busca siempre la paz que brota de la justicia y que está siempre al lado de los pobres y de las víctimas».