Al menos 25 personas han muerto en dos atentados suicidas y una explosión provocados por tres familias yihadistas con niños desde la mañana del domingo en la ciudad indonesia de Surabaya, informó hoy la policía.
El jefe de la Policía Nacional, Tito Karnavian, indicó en rueda de prensa que los incidentes están relacionados y que los padres pertenecen a una célula del grupo islamista Jemaah Ansharut Daulah (JAD), vinculado al Estado Islámico (EI), de Surabaya, la segunda ciudad más grande del país.
El más sangriento y el primero de los ataques ocurrió en la mañana de ayer, cuando una familia de seis miembros, incluidas dos niñas de 8 y 12 años, que había regresado de Siria atentó con explosivos en tres iglesias cristianas de la ciudad situada en la provincia de Java Oriental.
En esa ocasión 12 civiles murieron, además de la familia al completo, y más de 40 personas resultaron heridas durante la misa del domingo en un centro religioso católico, uno protestante y uno pentecostal en cuyo exterior motocicletas y automóviles quedaron abrasados.
Otra bomba sacudió anoche un apartamento al sur de la ciudad en el distrito Sidoarjo en el que vivía otra familia de seis personas y en el que murió el padre, la madre y un hijo, mientras que los otros tres vástagos resultaron heridos.
La policía considera que la explosión se debió a un error de los supuestos terroristas que habitaban el inmueble.
El más reciente de los ataques tuvo lugar esta mañana, cuando una tercera familia de cinco personas, incluida una niña de 8 años, detonó una bomba al circular en motocicleta en la entrada de una comisaría de Surabaya, provocando su muerte a excepción de la niña e hiriendo a cuatro civiles y seis policías.
Imágenes grabadas en un teléfono y difundidas en televisión muestras cómo la menor consigue levantarse desorientada tras la explosión y un adulto la coge en brazos para alejarla de la escena del atentado.
Según la Policía, el químico utilizado en las bombas de fabricación casera, peróxido de acetona, fue el mismo en todos los ataques.
Líderes religiosos musulmanes y cristianos han condenado los ataques y desligado la religión del radicalismo y el presidente de Indonesia, Joko Widodo, ha calificado de «inhumano» y «cobarde» los ataques.
Además Widodo ha prometido que acelerará la revisión de la ley antiterrorista, en una intervención televisada desde Surabaya tras el último de los atentados.
Por su parte, la Embajada de España en Indonesia ha recomendado a los residentes nacionales en el país asiático «extremar la prudencia y permanecer vigilantes, especialmente en lugares públicos con gran afluencia de personas».
El JAD surgió en 2015 de la asociación de varios grupos radicales bajo la tutela ideológica de Oman Rochman, conocido como Aman Abdurrahman, y en enero de 2017 el Departamento de Estado de EEUU lo clasificó como una organización «terrorista global».
La directora del centro radicado en Yakarta Instituto de Análisis de Políticas en Conflicto, Sidney Jones, aseguró a Efe en conversación telefónica que el grupo islamista tiene una fuerte presencia en Java Oriental y sus líderes siempre han sido de esta provincia, pero indicó que los autores de los ataques no estaban fichados por las autoridades.
Indonesia, donde el 88 por ciento de más de 260 millones de habitantes son musulmanes, declara la máxima alerta las semanas antes del ramadán por ser fechas elegidas por yihadistas para cometer atentados.
El país asiático ha sufrido varios ataques yihadistas, entre ellos el perpetrado en la turística isla de Bali en 2002, que causó 202 muertos.